Elon Musk promete que "Grok 3", el chatbot de inteligencia artificial desarrollado por su empresa xAI, será el más avanzado hasta la fecha. Según el magnate, el modelo entrenado con datos sintéticos, es "aterradoramente inteligente" y tiene la capacidad de "reflexionar sobre sus errores" para lograr mayor coherencia lógica. "Estamos en las etapas finales de ajuste y probablemente lo lancemos en una o dos semanas", aseguró.

Como no podría ser de otra manera, Musk aprovechó una entrevista con Omar Al Olama, ministro de inteligencia artificial de los Emiratos Árabes Unidos, no solo para hablar de las bondades de su nueva apuesta en IA, sino para cargar contra OpenAI, la compañía que cofundó en 2015 y de la que se desvinculó tras una disputa con Sam Altman. Acusó a la empresa de traicionar su misión original al pasar de ser una organización sin fines de lucro a una máquina de generación de dinero. "Ahora se debería llamar 'cerrado para máximo lucro AI'", ironizó.

La embestida del dueño de X, SpaceX y Tesla no es solo discursiva: Musk está preparando una oferta no solicitada de 97.400 millones de dólares para comprar OpenAI y tomar el control de ChatGPT. Además, mantiene una batalla legal contra la compañía, con el argumento de que se desvió de su propósito inicial de ser una IA de código abierto en beneficio de la humanidad. En una entrevista reciente con Bloomberg, Altman ya rechazó la propuesta de compra, dijo que Musk le daba "lástima" y minimizó la ofensiva judicial, calificándola como una maniobra para frenar su crecimiento. "Ojalá compitiera haciendo un mejor producto en lugar de presentar tantas demandas y usar tácticas ridículas", dijo el CEO de OpenAI.

¿Será Grok 3 el producto con el que finalmente Musk podrá competir con OpenAI? ¿Por qué, en ese caso, trascendió que Musk quiere comprar la compañía?

La rivalidad escala y Musk amplía su influencia en la política estadounidense. Como jefe del llamado "Departamento de Eficiencia Gubernamental" de la administración Trump, recortó miles de millones en programas y contratos federales con la eliminación de agencias completas. Su aparición en la entrevista con una remera negra que decía "TECH SUPPORT" en mayúsculas refuerza su nueva faceta como el técnico a cargo de la reestructuración del gobierno.

Curiosamente, aunque Musk denuncia el control corporativo de OpenAI y su cercanía con Microsoft, él mismo mantiene una fuerte alianza con la Casa Blanca. Desde su posición en la administración Trump, defendió recortes drásticos y promovió una visión de eficiencia que, en muchos casos, se traduce en despidos masivos y el cierre de organismos enteros, mientras el Departamento de Estado planea comprar Teslas blindados por valor de 400 millones de dólares.

En la entrevista, Musk también dejó espacio para su característico tono apocalíptico: bromeó con la esperanza de que la inteligencia artificial "sea amable con la humanidad" en el futuro.