Balance del audiovisual

2023, otro año de incremento fuerte para la piratería on line

Se estima que el año que acaba de terminar impulsó la piratería de contenidos audiovisuales en un 30%, aunque los números sólo reflejan los sitios de descargas ilegales y no el streaming no autorizado. Qué pasa con el "lado B" de la revolución del streaming.

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Una de las consecuencias del crecimiento de la competencia en el campo de las plataformas es el crecimiento de la piratería. De hecho, por encima de lo que había sido antes del lanzamiento global de Netflix en 2012. No existe una razón única para este fenómeno, aunque el detonante es, sin dudas, la proliferación de servicios de streaming y, sobre todo, de exclusividades. El problema es global.

Las estadísticas no son completas porque quienes registran páginas de descargas pirata (como The Pirate Bay, por ejemplo) no controlan las páginas de visionado pirata (donde además es difícil de contabilizar cuántas personas miran cuánto tiempo) y viceversa. Lo segundo, además y como se explica, es de difícil recuento. Pero por ahora el estimado es un crecimiento de por lo menos el 30% interanual en el consumo de contenido audiovisual de manera ilegal. Pero hay además algunas curiosidades este año.

Sólo basados en los números de MUSO (una cosultora que investiga el tema desde hace años) la película más pirateada del año fue Barbie por escándalo. Es cierto: en general el filme más visto es también el más pirateado (Barbie superó los 1400 millones de dólares de recaudación global). Se encontraron para la película 4,19 millones de páginas de descargas. Le sigue el filme de terror "para toda la familia" Five Nights at Freddy's, con 131.000. La serie más pirateada fue el animé japonés One Piece, con 440.000 páginas de descarga; el músico más pirateado, Drake, con 303.000 páginas; y el videojuego más pirateado, Spider-Man 2, con 136.000 páginas. Esto es sólo, se repite, el recuento de los lugares desde donde se puede "bajar" el contenido. No cuentan los streaming ilegales.

¿Por qué el crecimiento? Cuando los estudios licenciaban sus materiales porque no tenían sus propias plataformas, el usuario de -por ejemplo- Netflix podía ver contenido de Warner, Disney, Universal o Fox, variado y de amplio catálogo, en un solo sitio por un precio asequible. Eso permitió que la piratería disminuyera. Cuando las plataformas se multiplicaron y "cerraron" sus contenidos, esa variedad se acabó: es necesario tener varios servicios para conseguir variedad. Pero eso no es lo único: las empresas gastan demasiado en contenido original y ese gasto termina abultando el abono. El resultado: mucha gente pasa de las plataformas a la piratería, cada vez más precisa gracias a la tecnología. Lado B de la "revolución del streaming".

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