El Museo de Arte Moderno de Nueva York era una postal de elegancia: trajes negros, flashes y copas de champán. Billie Eilish subió al escenario con paso calmo, un blazer azul marino y una sonrisa ladeada. Iba a recibir el Music Innovator Award del WSJ Magazine, un reconocimiento a quienes —según la publicación— transforman su campo “a través de la creatividad y la influencia cultural”. Era, en teoría, una noche para celebrar la industria. Pero Eilish llevó el premio a otro terreno.

“Estamos en un momento en que el mundo está realmente mal y oscuro, y la gente necesita empatía y ayuda más que nunca”, comenzó. “Si tienen dinero, estaría bueno usarlo para cosas buenas. Tal vez dárselo a quienes lo necesitan.”

Hizo una pausa, miró al público y soltó, con un dejo de burla: “Los quiero a todos, pero hay algunas personas acá que tienen mucho más dinero que yo. Si son billonarios, ¿por qué son billonarios? Sin odio, pero sí: regalen su dinero, enanos (shorties).”

Según People, la frase provocó un instante de confusión y risa contenida. Un testigo citado por la revista dijo que el momento fue “divertido, pero tenso”. TMZ lo describió como una “mezcla de sorpresa y aprobación”, con carcajadas que sonaban más nerviosas que cómplices. Algunos miraron a su alrededor, buscando confirmar si era correcto aplaudir.

En una de las mesas, Mark Zuckerberg —fundador de Meta y quinto hombre más rico del mundo— se mantuvo quieto y no aplaudió. El silencio, por un segundo, pareció más elocuente que la ovación posterior.

El presentador, Stephen Colbert, retomó el hilo con una sonrisa: recordó que Eilish donará 11,5 millones de dólares de su gira Hit Me Hard and Soft a proyectos de justicia climática y equidad alimentaria. “En nombre de los humanos, gracias, Billie”, dijo, y esta vez el aplauso sí fue pleno, más de alivio que de sorpresa.

Zuckerberg asistía al evento en apoyo de su esposa, Priscilla Chan, reconocida por su trabajo filantrópico. La pareja ha donado más de 5.000 millones de dólares a lo largo de su vida, una cifra monumental que, sin embargo, representa alrededor del 2% de su fortuna, estimada por Forbes en 226.000 millones.

Acompañada de su madre, Maggie Baird, Eilish compartió la velada con Hailey Bieber, Spike Lee y Ben Stiller. En una noche diseñada para celebrar el éxito y la innovación, su frase —mitad chiste, mitad reclamo— quedó flotando sobre las copas de champán, como un eco incómodo y necesario: cuánto vale, en realidad, generar un cambio.