Recomendaciones

Antes de la última Misión: Imposible, todas las Misión: Imposible en Paramount+

Quizás la mejor serie/saga de acción y aventuras del último medio siglo, Misión: Imposible es también la historia de su estrella y productor, Tom Cruise. Aquí, una mirada sobre todos los anteriores capítulos ante el estreno del final en cines. Para ver en Paramount+

ldesposito

Se termina con Sentencia final la saga -o serie- Misión: Imposible en el cine. Báh, dicen, vaya uno a saber: ya tenemos experiencia en regresos de grandes marcas, así que probablemente Tom Cruise decida volver a romperse huesos y salvar el mundo alguna que otra vez. En todo caso, es hora de evaluar las siete películas anteriores, todas para ver en Paramount+, desde la primera de 1996. Y aseguramos que son lo mejor que hizo Tom Cruise en el cine. Por supuesto que quienes denostan la adrenalina del puro movimiento cinematográfico preferirán Magnolia o Nacido el 4 de julio, o alguno de sus otros roles (mal llamados) "serios". Pero este es Cruise: un actor que viene de la acrobacia (Burt Lancaster también, por ejemplo, e hizo El Gatopardo) y es un piloto de aviones consumado, y que le dio al cine de acción y aventuras un lustre que no solía tener.

Hablamos sobre todo de Cruise no sólo porque las Misión... son la historia de su personaje, el agente Ethan Hunt, sino porque además la de 1996 fue su primera producción cinematográfica al lado de su socia y amiga de toda la vida Paula Wagner. Es su producto en más de un sentido. Y se nota además el cuidado que ha puesto en llevarlas adelante. Tres características separan Misión... de cualquier serie de espías y supervillanos (digamos de James Bond, para mencionar el paradigma). La primera, que Cruise buscó directores con estilo propio y siempre refirió al gran cine clásico para rodar. La segunda, que primara la acción física real, el cuerpo verdadero en movimiento, por encima de la invención digital, lo que fortalece el sentido de "urgencia" de cada misión. Y la tercera, que el paso del tiempo altera a los personajes. Nada de presente continuo.

Empecemos por Misión: Imposible. El director es Brian DePalma y su estilo se nota en todas partes: la primera misión fallida y el uso de la pantalla dividida; el flashback "mentiroso" donde Cruise reconstruye lo que ha sucedido en la primera parte del filme y descubre al verdadero villano, y el manejo del suspenso y la cámara en la gran secuencia en la bóveda de la CIA, ya mitológica. De Palma tiene, además, un tema clave: el engaño, lo que se oculta detrás de lo evidente. Es la menos vertiginosa de la serie, Ethan es aún un pichón de agente, y utiliza el tiempo como materia para estirarlo y acelerarlo, para mostrar a Hunt como una víctima de un poder que lo sobrepasa y, luego, le ofrece la oportunidad de trabajar para él. Sigue siendo un gran De Palma y un gran inicio.

Misión: Imposible II es pura adrenalina y puro melodrama, firmados por el hongkonés John Woo. Woo estaba en su mejor momento, tras la genial Contracara, y sus películas, vistas en los EE.UU (El Killer, A Better Tomorrow) cambiaron la forma de filmar la acción. Cruise le encargó al coguionista Robert Towne inspirarse en Hitchcock y el resultado es una remake llena de cámaras lentas, vértigo y acción inverosímil pero genial de Tuyo es mi corazón (aquel melo de espionaje con Cary Grant e Ingrid Bergman), más homenajes a Vértigo e Intriga Internacional. Aquí ya tenemos la continuidad del personaje de Ving Rhames, Luther.

Misión: Imposible III es de J.J. Abrams, su debut en el cine. Haría luego dos filmes de Star Trek (el segundo, En la oscuridad, genial) y la perfecta Super 8. Ya era un grande y aquí trae tres novedades: un villano perfecto y temible a cargo de Phillip Seymour Hoffmann, un Hunt retirado y casado (con la bella MIchelle Monaghan), y el ingreso de Simon Pegg como Benji, con Luther el mejor amigo de Ethan. Aparece aquí otra idea: Ethan no es capaz de sacrificar a una persona por la misión y esa es su fortaleza y su kriptonita. La manera a veces repentina y a veces elegante de Abrams para montar le cambia el estilo a la serie y la define de allí en adelante.

Misión: Imposible IV es la primera con subtítulo, Protocolo Fantasma. El director fue Brad Bird, que venía de hacer pocas cosas: convertir Los Simpson en serie de media hora, dirigir El Gigante de Hierro, Los Increíbles y una cosita llamada Ratatouille. Era su debut "con actores", pero la marca de la animación en la invención de secuencias increíbles -más allá de Cruise casi cayéndose del Burj Khalifa- aparece en todas partes (la secuencia en el Kremlin es puro Buster Keaton y la huída de una cárcel al compás de Tony Bennett, puro cartooon). Pero se define algo: los Misión Imposible son un peligro incluso para el Estado. Y la única familia posible para Ethan (ver qué sucede con Monaghan, de pequeño cameo).

 

Las tres siguientes son una unidad, las tres dirigidas por el talentoso Christopher McQuarrie, que cierra la serie con esta última entrega. La V (Nación secreta) tiene mucho Hitchcok (la secuencia en la ópera de Viena), mucho romance ambiguo (con la genial Ilse de Rebecca Ferguson) y un Ethan cada vez más arriesgado en lo que hace. También más inteligente. La VI -Repercusión-, es quizás la más llena de acción de toda la serie, y le coloca a Ethan a un rival importante con Henry Cavill. Y Sentencia Mortal (la VII) vuelve un poco al melodrama y muestra a un Ethan Hunt más comprometido con sus amigos que con un universo de peligros y conspiraciones  que ya no comprende. Es decir, en estas cuatro películas el personaje madura y madura su retiro, poco a poco. En todas hay por lo menos tres secuencias memorables, y todas juntas parecen la biografía del propio Cruise, de discípulo de las estrellas a maestro de algunas nuevas. Larga vida a Ethan Hunt.

 

Esta nota habla de: