BERLINALE 2025, importante premio para un film argentino
“El mensaje”, dirigida por Iván Fund, quedó con el Premio del Jurado (Oso de Plata) en el relevante festival alemán
Hay algo de azaroso o de capricho, siempre, en los premios de los festivales. La propia idea de “competencia” entre películas es un poco ridícula. Como si alguien tuviera el poder para elucidar lo bueno y lo malo en el territorio del arte… Todos lo sabemos, pero se trata de un juego al que nos gusta jugar.
La hora de los premios, además, sirve de excusa perfecta para realizar un balance de esta edición número 75, primera de la era Tricia Tuttle a cargo de la dirección de la enorme muestra, tras la salida de los muy prestigiosos Carlo Chatrian y Mariette Riesenbeck (sí, para sumar desafíos, en su persona se concentró el trabajo que antes hacían dos personas muy capacitadas, ya que hasta este año se distinguía entre la dirección artística y la ejecutiva).
Elección
Habitualmente se presta atención a la competencia oficial como parámetro y si bien es cierto que este año se programaron 19 películas que compitieron por el preciado Oso de oro y los Osos de plata, el nivel general –tal como lo señalamos en la cobertura de BAE- fue bastante decepcionante. Muchas películas ciertamente mediocres y unas pocas (entre cuatro y cinco) que realmente valieron la pena.
A veces esto último pasa desapercibido porque el jurado sabe escoger las películas que realmente hacen la diferencia. Este año, el presidido por el realizador estadounidense Todd Haynes (y del que formaba parte el talentoso director argentino Rodrigo Moreno) entregó los dos premios mayores a películas ciertamente menores. El Oso de Oro a la Mejor Película fue para la noruega Dreams (Sex Love) (Drømmer), dirigida por Dag Johan Haugerud y producida por Yngve Sæther y Hege Hauff Hvattum. Ultima entrega de una trilogía, la película sigue el diálogo interior (el diario íntimo, podría decirse, ya que la deriva tiene carácter ciertamente epistolar) de una adolesente/joven que se enamora perdidamente de su profesora. Hablada hasta el hartazgo, todo se dice y se interpreta. Y no hay mucho más; la verdad es que, en los hechos, no pasa nada.
Por su parte el Gran Premio del Jurado (Oso de Plata) fue para la película brasileña El sendero azul (O último azul), dirigida por Gabriel Mascaró. Por lo dicho en la justificación del jurado, a éste impactó la mirada sobre la tercera edad. Para quienes habitamos en América Latina no se nos pueden escapar el grosor del trazo, lo subrayado de las actuaciones, la reiteración de los lugares comunes. Para peor, la película se las toma con la intervención del Estado (para Mascaró el problema de los adultos mayores en nuestros países es que los Estados –Brasil en este caso- no los dejan ser). Muy a tono de los tiempos, la película es más amable con la religión y el juego que con el Estado.
El tercer premio en importancia, el Premio del Jurado (Oso de Plata) sí fue para la hermosa anomalía de El mensaje, dirigida por el argentino Iván Fund. Esta fue la “novedad” propuesta por la nueva Directora. Una película como esta en general no se programa en la Competencia Oficial (de continuar existiendo, esta hubiera sido una película para la sección Encounters). Bien aquí por Tuttle y por el jurado que supo reconocer y premiar esta bella “rareza”. El viernes se publicó en BAE una entrevista a Iván Fund realizada durante la Berlinale, en la que ya se intuía que algún premio habría de llevarse (aunque la mayor parte de la crítica defendía uno mayor).
Guión genial
El Oso de Plata al Mejor Director fue para el chino Huo Meng por Living the Land (Sheng xi zhi di), solo correcta, pero más digna que la otra representante china en la competencia Girlsonwire, en un años con mucha presencia de este país (la actriz, modelo y cantante Fang Bing Bing fue parte del jurado. El Oso de Plata a la Mejor Actuación Protagónica fue para el tour de forcé de Rose Byrneen en If I Had Legs I’d Kick Yo, de Mary Bronstein. Excesiva y agotadora, la cámara sigue a la protagonista durante las casi dos horas de la película mientras ella trata de sobrellevar el cotidiano de una hija con una misteriosa enfermedad y un marido ausente. Subrayada, cargada de golpes por debajo del cinturón y con una actuación bastante efectista y superficial. En verdad, el premio a la mejor actuación debería haber sido para Ethan Hawke, por lo que hace en Blue Moon, de Richard Linklater. Allí se pone en la piel del compositor de letras inolvidables Lorenz Hart y sostiene casi solo toda la película que, es cierto, tiene un guión genial. Pero lo que él hace no lo es menos. Seguramente por esas “compensaciones” que se dan en el ámbito de los jurados, esta película sí se llevó El Oso de Plata al interprete secundario, que fue para Andrew Scott (de breve y gris aparición en la película).
Decepción
El Oso de Plata al Mejor Guión fue para Kontinental 25, del rumano Radu Jude. Director genial e inteligente polemista, Jude al recibir el galardón se manifestó sorprendido porque dijo ser un pésimo guionista. No es así. El realizador sabe, como pocos, describir y contar el momento actual (en Rumania y en el mundo) y posiblemente le haya jugado un poco en contra haber realizado anteriormente dos obras maestras (Sexo desafortunado o porno loco y No esperes demasiado del fin del mundo). En su nueva película (filmada con un I-phone 16 y un equipo mínimo) se mete con su filo habitual en la deriva de una trabajadora social que, en el marco de una evicción de quien ocupaba un lugar para dormir, termina con el suicidio de quien se intentaba desalojar. Urgente y muy cómica, tanto la protagonista como su ex alumno (muy formado, que trabaja haciendo delivery en bicicleta) están perfectos en sus roles.
Por último, el Oso de Plata por una destacada contribución artística fue para la soporífera y gélida La Torre de Hielo (La Tour de Glace), de Lucile Hadžihalilovi (y con Marion Cotillard). No demasiado para agregar por cuanto las no premiadas tampoco destacaban demasiado. Sí, como siempre, Hong Sangsoo (que viene ganando seguido por aquí) presentó una película que vale la pena destacar, What does that nature say to you, pero un nuevo premio hubiera parecido casi un exceso. Y, posiblemente, la pequeña y sensible Ari, de Léonor Seraille se hubiera merecido algún reconocimiento.
Otros galardones oficiales y no oficiales
En la nueva sección, Perspectives, el premio a la mejor ópera prima fue para la mexicana El diablo fuma (y guarda las cabezas de los cerillos quemados en la misma caja), de Ernesto Martínez Bucio (mención especial para On vous Croit (We Believe You), de Arnaud Dufeys y Charlotte Devillers. Cabe señalar que la selección de esta nueva sección fue bastante más coherente y consistente que la de la competencia oficial. Es cierto que el acento puesto en los nuevos directores acota las posibilidades que antes existían en la desaparecida Encounters, pero la nueva sección competitiva ha salido airosa en su primera edición.
El premio al Mejor Documental de la Berlinale fue para Holding Liat, de Brandon Kramer, cercano, con dinámica de reality show, la película sigue a la familia de una pareja secuestrada en Israel en octubre de 2023. Film que, se entiende, se destaca más por el testimonio urgente y actual que por la forma en que aborda el asunto. En este caso, el jurado respectivo. hizo dos menciones especiales, para La memoria de las mariposas, de Tatiana Fuentes Sadowsky y Canone effimero, de Gianluca y Massimiliano De Serio. El Oso de Oro al Mejor Cortometraje fue para Lloyd Wong, Unfinished, de Lesley Loksi Chan. En este caso el Premio del Jurado (Oso de Plata) fue para Ordinary Life, de Yoriko Mizushiri y hubo una mención especial para Koki, Ciao, de Quenton Miller (momento surrealista en el que todo el Berlinale Palast saludó al papagayo protagonista y “guionista” del corto a través del teléfono del director).
En cuanto a los premios paralelos o no oficiales (son muchísimos), cabe destacar que la crítica, a través de Fipresci, reconoció también a Dreams (Sex Love) (Drømmer), de Dag Johan Haugerud en la Competencia Oficial; a la muy interesante película eslovena Little problem girls en Perspectives, la peruana La memoria de las mariposas en Fórum (en la misma sección se presentó la también peruana Punku, una de las mejores películas de todo el festival), y, en la sección Panorama, a la coproducción paraguayo-argentina Bajo las banderas, el sol, de Juanjo Pereira. Otro reconocimiento que vale la pena destacar para una de las mejores películas de esta 75 edición de la Berlinale. El documental que se acerca a la figura del dictador Alfredo Stroessner cuenta con imágenes de archivo muy poco conocidas (la dictadura fue muy hábil al momento de “reescribir” su historia).