CINE

Deadpool & Wolverine: la prueba de fuego para la taquilla 2024

Es la primera y única película que presentará Marvel en un año sin otros filmes "grandes" de superhéroes

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Esta semana se estrena en la mayoría de los mercados importantes la película que espera todo el negocio de la exhibición en salas: Deadpool & Wolverine. La ansiedad es enorme y la prensa informal que ganó la película desde el estreno de su primer tráiler es de las más grandes en los últimos tiempos para un blockbuster de Hollywood. Tiene, por otro lado, una gran presión encima: es la única película que no puede fallar. La frase debe entenderse en el sentido de que tiene prohibido recaudar poco, y los motivos no escasean.

En primer lugar, es la primera y única película de Marvel en un año que no tendrá otros filmes "grandes" de superhéroes. El 2023 fue pésimo para el género: no funcionaron Shazam 2, The Flash, Ant-Man: Quantumania (que apenas salvó el presupuesto), Blue Beetle (que en realidad es una producción para Max que se decidió estrenar en cines) ni The Marvels.

Sí fue taquillera Guardianes de la Galaxia Vol. 3, lo que equilibró un poco la balanza de Marvel, pero los números generales para esa firma y para DC-Warner fueron malos y hasta se habló de la "fatiga" de un público saturado. Pero Deadpool & Wolverine es un poco otra cosa, parte de una serie que es paródica aunque se inscriba dentro del género. Eso le da un crédito aparte, más allá del regreso de Hugh Jackman como superhéroe (una idea trivial, en realidad).

 

En segundo lugar, fue un año pésimo para el gran espectáculo, con notorios fracasos como Profesión peligro y Furiosa, películas carísimas y llenas de estrellas que no lograron siquiera cubrir sus costos. No fueron los únicos fracasos, pero sí los más notorios y caros, más allá de la calidad de cada filme.

Las cosas mejoraron mucho desde el estreno de Intensa Mente 2 (la película más recaudadora en lo que va del año a nivel mundial y la más exitosa en la historia de Pixar), pero la caída interanual de la recaudacion en las salas estadounidenses se mantiene cerca del 15%.

Si bien la semana pasada tuvo un muy buen desempeño Tornados (que en Argentina lleva dos semanas en cartel), los exhibidores necesitan otro megaéxito para recortar las pérdidas. Aunque para lo que resta del año aparecen películas con mucho potencial (la continuación de Joker, con Lady Gaga, y Gladiador II, por mencionar dos títulos), la temporada alta está a punto de terminar y necesita imperiosamente un éxito masivo.

Por último, Deadpool es una franquicia que apunta a los jóvenes adultos, con sangre, chistes sexuales y todo lo que Disney nunca se animó a poner en pantalla. Al comprar Fox y llevarse tanto al personaje como a los X-Men (que Marvel no podía manejar en Disney por haber licenciado las marcas a Fox en los 90), la cuestión pasa por saber si una firma dedicada a entretenimiento "family friendly" podrá superar la prueba de la incorrección política.

Es cierto, relativa: después de todo, Deadpool es una película de fantasía y humor casi adolescente "vestida" de algo más retorcido. Si el experimento funciona (de paso, un experimento que costó USD200 millones en realizarse, más un lustro para desarrollarse) puede implicar que el género se permita ser un poco más adulto, al menos en el lenguaje, e incorporar un público que hasta el momento le es esquivo.

Si sale mal, y finalmente decepciona a los fans, al público general y a la taquilla, implicará un replanteo estratégico casi total, desde el cine de superhéroes hasta el marketing y las formas de lanzar o anunciar una película de estas características. Aunque la preventa de entradas en Estados Unidos permite pensar que va a estar a la altura de las expectativas, hay que ver qué sucede con el boca a boca y con la segunda semana, que desde 2022 viene implicando un derrumbre demasiado estridente para este tipo de filmes. No deja de ser curioso que, para sostener el negocio, no alcance con un superhéroe inmortal y se necesiten dos.

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