FESTIVAL

La Berlinale inicia la Competencia Oficial con películas de sus directores más celebrados

El coreano Hong Sang-soo presentó A travelers needs, su último filme

Fernando E. Juan Lima

Especial para BAE Negocios

Desde Berlín 

 

La ceremonia de apertura de la 74ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlín estuvo atravesada por la política (Ucrania, Israel e Irán), así como también por la situación en Alemania y en el propio festival. Además, la película escogida para abrir el juego no ayudó a que se pudiese prestar más atención a lo estrictamente cinematográfico.

Small little things like these, de Tim Mielants, es un pretendido alegato de denuncia sobre los abusos cometidos por la Iglesia Católica en Irlanda. La superficialidad, la suma de los lugares comunes y el hecho de que el personaje principal provenga de una familia monoparental (lo que "explica" la empatía con las jóvenes embarazadas o madres solteras encerradas y maltratadas) contradice el pretendido compromiso del producto. ¿Solo quien atravesó eso puede entender y actuar ante el abuso? La presencia de Cillian Murphy y de Emily Watson como protagonistas y Matt Damon (la estrella de la ceremonia) como productor explicaría por qué abrió el festival.

La cocina, de Alonso Ruizpalacios cuenta en el casting que incluye a Rooney Mara en un rol ciertamente extraño para la actriz. Es que la película se centra en el restaurante neoyorquino The Grill y en la vida de las peronas que trabajan allí. Inmigrantes ilegales, abusos y un supuesto robo de dinero que dispara un cúmulo de suspicacias, con el personaje interpretado por Raúl Briones Carmona en la primera línea de sospechosos. Su relación con la camarera que compone Mara es uno de los intereses del filme, que pone mayor atención en lo más oscuro y cruel de la inmigración, los abusos laborales y el síndrome de Estocolmo que se configura alrededor del "sueño americano". En blanco y negro, las imágenes hacen foco en lo feo, lo sucio, el plano detalle desagradable o desgarrador. Algo de esa deriva tan propia del cine mexicano desde la consagración global de Alejandro González Iñárritu.

Pasados los malos tragos, en la Competencia Oficial también se presentaron las últimas realizaciones de verdaderos autores como Hong Sang-soo, Olivier Assayas y Bruno Dumont. A travelers needs no está entre lo mejor del director coreano, que en Argentina conocemos especialmente por los festivales (el Bafici le dedicó una amplia retrospectiva en 2013). Como en En otro país (de lo poco del director que fue estrenado comercialmente en nuestro país), el centro de la escena lo ocupa Isabelle Huppert. Los juegos idiomáticos y de idiosincrasias esta vez suenan más vacuos, como si fuesen casi un juego, una excusa. Un devenir disfrutable pero que en la necesidad de que tanto la actriz francesa como sus pares coreanos deban expresarse en un tercer idioma (el inglés) pierde gran parte del placer que implica disfrutar los diálogos que crea el realizador que no en vano fue señalado como el Rohmer coreano.

Assayas en hors du temp se centra en el encierro de dos parejas en la campiña francesa. Ese tiempo suspendido de la pandemia permite el reencuentro con el mundo de la infancia, volver a mirar el pasado, cambiar el ritmo para revisitar y pensar. Esa amable deriva claramente atravesada por la propia historia personal del director de Irma Vep y Los destinos sentimentales confronta con la apuesta cada vez más radical por el extrañamiento que hace su coterráneo Bruno Dumont desde el éxito de la serie de Ptit Quinquin.

Lempire necesita una mentalidad abierta dispuesta a descubrir las coordenadas que propone el autor a través de un humor que se hace fuerte en el sinsentido. Para quienes aplaudimos esta nueva veta que descubrimos en el director al que conocimos con La humanidad, Fuera Satán o Flandres, esta lucha de potencias extraterrestres, entre el bien y el mal, por el control de la Tierra en un pequeño pueblo costero del norte de Francia hace absoluto sentido.

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