Jim Carrey, uno de los actores más queridos de su generación, explicó que regresó de su retiro porque "necesita dinero". Su revelación expone una realidad que muchos artistas prefieren ocultar: aceptar papeles no solo por pasión, sino también por necesidad.

En 2022, Carrey anunció su retiro después de "Sonic the Hedgehog 2", donde dio vida al excéntrico Dr. Robotnik. Parecía listo para alejarse del ajetreo de Hollywood. Incluso comentó en una entrevista con Access Hollywood que solo consideraría volver si "los ángeles traen algún tipo de guion escrito con tinta dorada que me diga que será realmente importante para que la gente lo vea". Entonces, prometió un descanso.

Pero la pausa fue breve. Menos de dos años después, Variety confirmó su regreso para "Sonic the Hedgehog 3". La película, que se estrena el 20 de diciembre (2 de enero en Argentina), lo presenta nuevamente como el carismático Dr. Robotnik, y también como Gerald Robotnik, el abuelo del villano. 

Durante la presentación en Londres, Carrey admitió con una mezcla de humor y sinceridad: "Volví porque puedo interpretar a un genio, lo cual siempre es divertido. Pero, honestamente, compré demasiadas cosas y necesito el dinero".

Ya la primera de las películas resultaba nada sofisticada y mal lograda, pero ya se sabe que el público puede acompañar a personajes que parecen correr a ninguna parte y ahora está a punto de estrenarse el tercer filme de la saga.

Aunque los ingresos de Carrey por las dos entregas anteriores no se conocen, las películas fueron sorpresas en taquilla. La primera recaudó 319 millones de dólares y la segunda 405 millones, logrando un éxito inusual para adaptaciones de videojuegos. Sin embargo, en febrero de 2023, Carrey puso en venta la mansión de Los Ángeles que fue su refugio durante 30 años. Cotizada inicialmente en 29 millones de dólares, el precio descendió a 19,75 millones después de casi dos años sin comprador.

Jim Carrey no está solo en esta encrucijada. Hugh Grant, Nicolas Cage, Amanda Seyfried y Harrison Ford también reconocieron haber aceptado papeles por razones económicas. En sus memorias, "Sonny Boy", publicadas en octubre, Al Pacino confesó cómo el agotamiento creativo lo apartó del cine a mediados de los años 80. Pero la falta de dinero lo trajo de vuelta.

"Miré hacia arriba y no tenía nada", escribió Pacino. "Cargaba con una deuda de noventa mil dólares, y eso era todo", contó.

Y es que, incluso las estrellas más brillantes enfrentan la vulnerabilidad de las necesidades humanas. Detrás de las cámaras, de la fama y de los reflectores, también se esconden cuentas por pagar, decisiones difíciles y la eterna búsqueda de equilibrio entre la pasión y la realidad.