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Lo mejor de Star Wars más allá de las "trilogías" para ver en Disney+

Cada año se dedica un día -el 4 de mayo- a Star Wars, y cada año se hace un ránking de las mejores películas de cada trilogía. Pero nosotros vamos por otro lado: las mejores películas “al costado” del tronco original. Valen la pena y todas están en Disney+.

anonymousUser

El pasado cuatro de mayo fue el anual día de Star Wars. Si no lo saben, es porque en inglés "May the Fourth" ("Cuatro de mayo") suena a "Made the force..." (la primera parte del augurio jedi "Que la Fuerza te acompañe"). En sí es una cosa bastante zonza, pero a los que nos criamos con estos personajes y ese universo en general más interesante y divertido que las propias películas, nos da una excusa para zambullirnos en la creciente cantidad de material sobre la galaxia muy, muy lejana de la que dispone Disney+ (dueña de la franquicia). Esta vez no vamos a hacer un ránking de lo mejor o lo peor, sino de hablar de aquello que quedó trunco, o solitario, o raro. Y que no está nada mal.

Empecemos por dos películas que, en cierto sentido, podrían causar vergüenza ajena, pero que bien miradas son de lo mejor que se hizo en los años ochenta como cine infantil. Ambas son aventuras de los Ewoks, los ositos antropomórficos (muy "hobbits", Star Wars roba de todas partes, y roba bien) que resuelven los problemas en El Regreso del Jedi. A alguien (George Lucas, quién más) le pareció buena idea hacer películas con ellos y se realizaron dos. La primera, Caravana de valor, es la historia de dos hermanos (de diez y cuatro años) que se extravían en el mundo de los Ewoks, que van a ayudarlos a reencontrar a sus padres. Más allá de ciertas puerilidades, inventa personajes, situaciones y evoca el cine de aventuras clásico sin vergüenza. La otra, La batalla por Endor, es un poquito más épica y mucho más tirada a la fantasía: hay villanos horribles, una bruja, poderes mágicos y un aventurero a lo Han Solo. No es tan concisa como la primera, pero vale.

Mientras se desarrolaba la tercera trilogía (esa con J.J. Abrams de director y productor, esa que tiene el contradictorio Episodio VIII donde alguien busca suicidarse, cosa prohibida en este universo amable y heroico) se hicieron dos películas unitarias que serían "puentes". Una de ellas es no sólo de lo mejor que dio este mundo, sino de las mejores obras de aventuras y suspenso de las últimas dos décadas: Rogue One. No sólo porque está narrada con seriedad (obviamente no excluye el humor) sino porque los personajes son bien humanos. El cast (Diego Luna, que retomaría su papel en la excelente serie Andor, la ganadora del Oscar Felicity Jones, esos grandes villanos que hacen Ben Mendelsohn y Madds Mikkelsen) es extraordinario y las acciones, precisas y llenas de sentido. La dirigió Gareth Edwards, un director que sabe qué hacer con una cámara.

La otra fue Han Solo, que anduvo (muy) mal y no lo merecía. La dirigió Ron Howard pero de apuro, cuando los humoristas Phill Lord y Chris MIller, motores creativos de Comando especial, Lluvia de hamburguesas o La gran aventura Lego, se fueron con bastante filmado, peleados con los productores por su enfoque de la historia del joven bandolero heroico, interpretado muy bien por Alden Ehrenreich (lo vieron en Oppenheimer, gran actor de carácter, además). La historia tiene grandes momentos (la rivalidad con el Lando Calrissian que interpreta Donald "Childish Gambino" Glover; la aparición de Woody Harrelson y Thandie Newton) y no decae. Tuvo la pésima suerte de que los líos de producción le dieron mala prensa, y no gustó mucho el trabajo de Emilia "Khaleesi" Clarke (que está bien). Es de esos filmes condenados antes del estreno, y sin embargo de lo mejor de toda la factoría Lucas, incluso con sus altibajos.

Pero sin dudas, lo mejor para que el fanático y el que rechaza de plano toda esta imaginería se encuentren y la pasen bien con una película es acercarse al documental Imperio de Sueños. Empecemos por lo básico: es de los mejores exponentes del género sin importar el tema. Es decir, un documental que narra un cuento pero además dispone de materiales únicos, de imágenes y testimonios que la enriquecen y le proveen espesor. Por otro lado, narra cosas que muchos hoy olvidan: por qué todos apostaban a un fracaso, de qué modo la película logró superar escollos de todo tipo, cómo se creó tecnología especialmente para narrar esa historia, cómo llegó a existir el cartel que abre el cuento; por qué al principio nadie apostaba a que tendría una continuación; de dónde salieron muchos de los diseños (spoiler: del abandonado proyecto de hacer Duna que tuvo Alejandro Jodorowsky); cómo se realizó el cast y por qué Kurt Russell no fue Han Solo... Hay muchísimo para saber, desde chismes hasta explicaciones científicas. Pero sobre todo es la historia de una obsesión que podría incluso considerarse infantil y que explica hacia dónde fue la cultura popular cuando la tecnología se apropió de nuestras vidas. Habla mucha gente importante.

Y ya que estamos con los documentales, es imposible perderse La música de John Williams. No sólo porque va a llorar y volverse un nene desde el primer minuto, sino porque ahí está el hombre que le dio el alma a Star Wars con su música. Y a Tiburón. Y a E.T. Y a Superman. Y a Harry Potter. Y a Jurassic Park. Y a Indiana Jones. Y un par de enormes iconos cinematográficos universales más. Es muy bueno ver a ese amigo de nuestras orejas cinéfilas, es bueno ver a quienes hablan de él. Pero lo mejor es descubrir cómo nacieron algunas de las melodías más icónicas de la cultura popular desde el siglo XX (y en adelante). No se lo vaya a perder.

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