Universal anunció que Rápidos y Furiosos 10 se estrenará en abril de 2025. Parece raro que esto sea una noticia, dado que información de este tipo era común en Hollywood. Pero en el incierto contexto de la pandemia, resulta un síntoma de otra cosa y tiene derivaciones que van más allá -mucho más allá- de la simple continuación de una franquicia cinematográfica.

En principio, hay que destacar que Rápidos... 9 es la película más exitosa que estrenaron los grandes estudios de los EE.UU. desde el comienzo de la crisis sanitaria global. Recaudó en todo el mundo -según cifras de BoxOfficeMojo- más de 681 millones de dólares, con un costo de aproximadamente 250. Eso en un contexto donde hay muchas salas cerradas y problemas: la octava película de la serie tuvo, en la Argentina, casi 1,5 millones de espectadores; hoy, en carrera similar, llegó a los 892.000 espectadores de acuerdo con el sitio de Fiscalización del INCAA. Es decir, le fue muy bien incluso en mercados en muy bajo estado.

La respuesta: F9 no se estrenó en plataformas, tuvo una buena performance en China -donde quedó al margen de las tensiones comerciales con los EE.UU.- y es de las pocas series solo cinematográficas, sin correlato anterior en franquicias de otros medios, que tiene un público fiel. Es decir, su negocio se basa casi exclusivamente en la exhibición en salas. De hecho, su estrella -y productor- Vin Diesel no quiso llegar a acuerdos en SVOD para preservar la apuesta al gran espectáculo presencial. Funcionó.

Lo curioso es el lapso para la próxima entrega. Las películas de la serie se anuncian por lo general con un máximo de dos años de diferencia entre episodios. Aquí es el doble: cuatro años desde el estreno en junio pasado y la llegada de una secuela en abril de 2025. Habría que pensar que habrá en el medio, dentro del mismo "universo", una entrega de Hobbs & Shaw, el spin-off protagonizado por Dwayne Johnson y Jason Statham que tuvo una película en 2019, con suficiente éxito como para justificar una secuela. Pero el delay implicaría otra cosa: esperar la recuperación plena de la exhibición presencial y la resolución de las tensiones entre los dueños de salas y las plataformas de SVOD, que han herido con fuerza los estrenos (en su gran mayoría, retrasados) de la temporada. Lo que importa: Universal apuesta a la recuperación, a mediano plazo, de los cines. No deja de ser una esperanza para un negocio en estado de coma.