La Noche de los bares notables: corazón de la vida porteña

Además de las clásicas propuestas para comer y brindar, habrá exposiciones de fotos, espectáculos de tango, música itinerante y circuitos a pie. Historias y curiosidades de estos espacios patrimoniales.  

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Escenario de tertulias literarias, entorno de discusiones sobre fútbol o política, remanso donde disfrutar el vermut con copetín de la tarde o las medialunas de la mañana, sitio de encuentro barrial: los bares notables son parte ineludible de la cultura porteña y este fin de semana están de fiesta.

Llega la tercera edición de La Noche de los Bares Notables. Este sábado 2 de noviembre, estos queridos locales de la ciudad permanecerán abiertos entre las 17 y la medianoche con más de 100 propuestas para toda la familia. Habrá espectáculos artísticos, menues especiales  y 14 circuitos barriales para que los vecinos y turistas puedan acercarse al patrimonio gastronómico y cultural de los porteños. Son más de 100 actividades como exposiciones de fotografía y artes visuales, muestras de colectivos históricos, espectáculos de tango y milonga, y shows itinerantes que recorrerán los distintos bares.

En la programación se hará, por ejemplo, "DERIVAS URBANAS", circuito guiado x bares +ARTE. A cargo de The Art Break. Cruza bares, artistas, vecinos y artes, mitos urbanos, edificios, medialunas y tostados, cafecitos, grapas, papas fritas y teatros. El itinerario incluye Los Galgos, La Ópera, Celta bar, el Gato Negro, La Giralda, Petit Colón y La Ideal. El punto de encuentro es en  Av. Callao 501 a las 19;45 y no requiere inscripción previa.

Además, un auto antiguo, un clásico del Buenos Aires de los años 20, recorrerá distintos locales con los integrantes del grupo Dixieland "Barber Jazz", que deleitarán a quienes los acompañen con un breve show en cada una de las paradas gastro-culturales del recorrido. En tanto, en Gato Negro se presenta la Orquesta del Plata con un repertorio de tangos, milongas y valses. Habrá también una Caminata fotográfica de bar en bar, en la que se compartirán herramientas de la disciplina y posteriormente se armará un álbum en FB con las imágenes. El punto de encuentro es a las 18:30 en Av. Brasil y Defensa y no requiere inscripción.

La lista completa de actividades puede consultarse acá.

 

Bar La Poesía
Bar La Poesía

Clásicos de clásicos

"El piso en damero con mosaicos calcáreos blancos y negros, las amplias ventanas tipo guillotina, las sillas vienesas Thonet, el maravilloso estaño de los mostradores con las campanas de vidrio que exhibían tentadores sándwiches, y en muchos casos el paño verde de las iluminadas mesas de billar, formaron y forman parte de la entrañable ambientación de nuestros queridos y necesarios bares y cafés", describe el libro sobre Bares Notables que puede descargarse en la página de cultura del gobierno porteño. Son pinceladas de un entorno familiar para quienes viven y visitan la ciudad.

Mediante la Ley 35 del año 1998 se creó la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires. Ya son más de 80 y forman parte del patrimonio y de la identidad de los porteños. "Se considera bar notable a aquellos bares, billares o confiterías relacionados con hechos o actividades culturales de significación; aquellos cuya antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local, le otorgan un valor propio" (Ley 35/98. Ciudad de Buenos Aires). Ser un bar notable establece una responsabilidad en la conservación del espíritu del lugar, el servicio que se brinda y la promoción de la historia y la cultura ciudadana.

A continuación, curiosidades y datos históricos sobre algunos de los bares notables tan cercanos al ADN porteño:

  • El Hipopótamo. En este sitio se filmaron algunas escenas de las películas Despabílate amor de Eliseo Subiela, y Las cosas del querer II dirigida por Jaime Chavarri. También se filmaron capítulos de la serie El Marginal. Entre las figuras que pasaron por las mesas de El Hipopótamo, se puede nombrar a Francis Ford Coppola, Tita Merello, Ernesto Sábato, Osvaldo Soriano, Ulises Dumont y Bergara Leumann, quien dejó un dibujo que hoy cuelga de una de sus paredes.
  • Bar Federal: Cuando en 1864 las calles Perú y Carlos Calvo eran de tierra y soportaban el paso permanente de caballos y carros, fue fundado este local como pulpería, almacén y despacho de bebidas.
  • Bar Seddon: Su historia comienza cuando John Seddon y Georgina Renau deciden abrir un bar con la intención de cambiar de rubro ya que tenían un local de antigüedades en las viejas Galerías Pacífico. La única condición fue conservar la decoración de su anterior negocio. La barra perteneció al Banco Nación, la máquina registradora en algún momento funcionó en una mercería y las estanterías son de antiguas farmacias.
  • Brighton: Clásico bar del Microcentro, nació en 1908 como una reconocida sastrería de la elite angloporteña y funcionó hasta su cierre definitivo en el año 1976. El tesoro del lugar es el antiguo "mueble cajero" original de la tienda The Brighton, con sus vidrios curvados que llevan el escudo del Principado de Gales grabado sobre el cristal.
  • Los Galgos: Está ubicado en la planta baja del edificio que originalmente fue la residencia de la familia Lezama. En 1930, un inmigrante asturiano, aficionado a las carreras de galgos, instaló un almacén con despacho de bebidas que llamó Los Galgos. Anteriormente allí había funcionado una sucursal de la casa de máquinas de coser Singer y luego una farmacia. En 1948, el local pasó a manos de don José Ramos, quien respetó su denominación original.
  • El Banderín. La leyenda cuenta que Carlos Gardel trabajaba en el Mercado del Abasto y cuando terminaba la jornada, su madre lo pasaba a buscar e iban a El Banderín a comer un sándwich de salame y queso con un café con leche. La colección de banderines comenzó cuando, al heredar el bar don Mario, amante del fútbol, decidió homenajear a su club, River Plate.
  • Las Violetas era concurrida por los intelectuales, pensadores y artistas de la alta alcurnia de Buenos Aires. También fue sede de grandes figuras del tango. Sus mesas vieron pasar referentes de la literatura argentina como Alfonsina Storni, vecina del barrio, y Roberto Arlt, quienes se sentaban a leer y a escribir por largas horas. La historia cuenta que, una de las mesas al lado de la ventana, era la elegida por Aníbal Troilo en sus últimos años, quien se sentaba a beber un par de whiskys y solía colocar, en invierno, su sobretodo en la silla de al lado. Un día vio a una persona pidiendo dinero afuera del café y sin pensarlo, se lo regaló.
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