Remolcadoras, excavadoras, barcos, equipos especiales. El atasco del portacontenedores Ever Given significó un verdadero problema para Egipto y para el mercado mundial. Hace ya dos días que el carguero quedó encallado de forma horizontal en el Canal de Suez, uno de los pasos marítimos más importantes del mundo, y puso en pausa el mercado del petróleo y el comercio entre Europa y el sur de Asia.

El barco tenía destino a Rotterdam, pero el martes por la tarde sufrió un desequilibrio por vientos fuertes y una tormenta de arena que terminaron por encallar al buque de 400 metros de largo y 59 de ancho. Aunque ya se han producido avances, todavía queda mucho para poder mover al gigante metálico de su atasco.

En el lugar trabajan desde un primer momento nueve remolcadoras en total para empujar y tirar del barco en busca de volver a enderezarlo. Sin embargo, eso no es suficiente. ¿Por qué? El bulbo de proa del barco quedó atascado bajo tierra en el Canal de Suez. Por lo tanto, además de tirar, será necesario remover la tierra y así liberarlo.

En eso trabaja una pequeña excavadora que se llevó los flashes de las cámaras desde un primer momento, al comparar su minúsculo tamaño con la impactante envergadura del Ever Given. Para ayudarla también llegó un barco de dragado, que intenta succionar arena para hacer aun más espacio. 

El peso del barco también es un factor central en el atasco. No solo es uno de los más grandes del mundo por sí solo, sino que además está cargado hasta el tope con cientos de contenedores, que aumentan el peso y hacen que se hunda más. Por eso, las autoridades egipcias analizan quitar algunos de esos contenedores para que el barco suba un poco, pero todavía no actuaron en esta dirección. ¿La razón? En caso de fallar, existe un alto peligro de dañar la nave o, aun peor, desequilibrarla.

Quienes llevan adelante la operación de desatascamiento es un equipo de salvadores expertos llamado Smit Salvage, en coordinación con las autoridades del Canal de Suez y el Gobierno de Egipto.

El barco encallado y las enormes consecuencias de un Canal de Suez bloqueado

La empresa japonesa Shoei Kisen Kaisha, propietaria del gigantesco buque, admitió este jueves que se están enfrentando a “una dificultad extrema” para poner de nuevo a flote el navío. Muchos buques de carga, conscientes de la gravedad del problema y el tiempo que llevará solucionarlo, están prefiriendo dar la vuelta a África en vez de esperar.

La empresa ofreció “sinceras disculpas” por la “preocupación” y los retrasos en el tráfico, y confirmó que no hay heridos en la tripulación ni fugas de combustible.

“Las autoridades marítimas indicaron que 13 navíos del convoy norte (procedentes del Mar Mediterráneo) que debían pasar están parados en zonas de espera hasta que se desencalle totalmente” el buque, dijo George Safwat, portavoz de la Autoridad del Canal de Suez (SCA, egipcia).

El bloqueo provocó un alza en los precios del crudo de casi 6% ayer, impulsados por temores sobre el abastecimiento.

“Las consecuencias sobre los precios dependerán de la duración del bloqueo”, según Bjornar Tonhaugen, del gabinete de Rystad, quien dijo a la AFP que “el efecto probablemente será débil y transitorio”. Por otro lado, “si el bloqueo dura más de unos días, podría tener un impacto mayor en los precios y de manera más duradera”, agregó.

"Si, por el contrario, el Canal de Suez permanece bloqueado durante otros 3-5 días, entonces esto empezará a tener ramificaciones globales muy serias", le dijo Niels Madsen, vicepresidente de productos y operaciones de la consultora danesa Sea-Intelligence, a la agencia Reuters.

Las pérdidas económicas también pueden ser fatales. Lloyd's List calcula que el valor diario de los contenedores que transitan por el canal es de USD9.500 millones, de los cuales unos USD5.000 millones se dirigen al oeste y otros 4.500 millones al este.

El canal de Suez es una de las principales fuentes de divisas para las arcas del Estado egipcio y por ello, además de por su localización geográfica entre África y Asia, tiene una importancia estratégica para el Gobierno y para el Ejército, encargado de su seguridad.