El Consejo Europeo -que reúne a los representantes de los 27 gobiernos de la UE-  aprobó por unanimidad y sin debate la primer legislación sobre Inteligencia Artificial, que se aplicará de forma gradual hasta su total entrada en vigencia en 2026.

El organismo europeo calificó a la ley como “innovadora” y que “al ser la primera de su tipo en el mundo, puede establecer un estándar global para la regulación de la IA”. La norma había sido aprobada por el Parlamento Europeo en marzo último.

El objetivo de la nueva regulación es fomentar el desarrollo y la adopción de sistemas de IA seguros y confiables en todo el mercado único de la UE por parte de actores públicos y privados, al mismo tiempo que garantiza el respeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos y estimula la inversión y la innovación en Europa.

La aprobación del Consejo significa que la legislación se publicará en el Diario Oficial del bloque en los próximos días y entrará en vigencia en toda la UE 20 días después. 

 

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“La adopción de la ley es un hito importante para la UE. Esta ley histórica, la primera de su tipo en el mundo, aborda un desafío tecnológico global que también crea oportunidades para nuestras sociedades y economías. Con la Ley de IA, Europa enfatiza la importancia de la confianza, la transparencia y la responsabilidad cuando se trata de nuevas tecnologías y, al mismo tiempo, garantiza que esta tecnología en rápida evolución pueda florecer e impulsar la innovación europea”, resaltó el secretario de estado de digitalización de Bélgica, Mathieu Michel, cuyo país preside la Unión Europea este semestre. “Europa habla con una sola voz sobre la IA. Y no, no es una clonada”, celebró por su parte el comisario de industria y mercado interior, Thierry Breton.

La ley adopta un enfoque basado en el riesgo para regular los usos de la IA, con la prohibición expresa de su utilización en casos de “riesgo inaceptable”, como la manipulación cognitivo-conductual o la puntuación social. También define un conjunto de usos de “alto riesgo”, como la biometría y el reconocimiento facial, o la IA utilizada en ámbitos como la educación y el empleo. Los desarrolladores de aplicaciones deberán registrar sus sistemas y cumplir obligaciones de gestión de riesgos y calidad para poder acceder al mercado de la UE.

Otra categoría de aplicaciones de IA, como los chatbots, se consideran de “riesgo limitado” y están sujetas a obligaciones de transparencia más leves.

La ley responde al auge de las herramientas de IA generativa con un conjunto de reglas para las llamadas “IA de propósito general” (GPAI), como el modelo que sustenta ChatGPT de OpenAI. No obstante, la mayoría de las GPAI solo enfrentarán requisitos de transparencia limitados, y únicamente las GPAI que superen un cierto umbral de cálculo y se considere que plantean un “riesgo sistémico” enfrentarán una regulación más estricta. 

 

Parámetros

Además, la ley establece una nueva arquitectura de controles para la IA, incluido un organismo de aplicación dentro de la Comisión Europea llamado Oficina de IA.

El esquema se completa con una Junta de IA compuesta por representantes de los estados miembros de la UE para asesorar y ayudar a la Comisión en la aplicación "consistente y efectiva de la Ley de IA", similar a cómo la Junta Europea de Protección de Datos ayuda a dirigir la aplicación del RGPD. También se creará un panel científico para apoyar la supervisión, y un foro asesor para proporcionar experiencia técnica.

Los organismos de normalización desempeñarán un papel clave a la hora de determinar lo que se exige a los desarrolladores de aplicaciones de IA, ya que la ley busca replicar el enfoque de larga data de la UE para la regulación de productos. 

La ley también fomenta la creación de zonas de pruebas regulatorias para respaldar el desarrollo y las pruebas en el mundo real de nuevas aplicaciones de IA.