El proyecto de reforma previsional del presidente Emmanuel Macron pasó al Senado francés, luego de que la Asamblea Nacional francesa no lograra concretar una votación sobre la propuesta, que sube la edad de jubilación a los 64 años.

Tras casi quince días de debate, los diputados de la Asamblea Nacional tenían hasta la medianoche del viernes para pronunciarse sobre la iniciativa, sin embargo, la primera lectura del texto se cerró sin llegar a debatirse, debido a las numerosas enmiendas presentadas por los legisladores del bloque de Francia Insumisa (LFI).

Desde la bancada afín al gobierno responsabilizaron al gran número de enmiendas propuestas que alcanzara un acuerdo para la votación: "Hay antecedentes de indignación, obstrucción e invectivas. Y desde este punto de vista, el debate no ha crecido", dijo el diputado de la agrupación Renaissance Mathieu Lefèvre según RFI.

Por su parte, desde la agrupación izquierdista de LFI le echaron la culpa al Poder Ejecutivo: "La responsabilidad de esta falta de tiempo está del lado del Gobierno. Eligió, a través del artículo 47-1, limitar el tiempo del debate a 12 días", aseguró el diputado Paul Vannier en declaraciones a la misma cadena.

El viernes era el último día de votación sobre el texto, que pasó de forma automática al Senado donde será examinado desde principios de marzo.

Por su parte, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo informó que está previsto que el 7 de marzo se registre una gran huelga y manifestación contra la reforma de las pensiones impulsada, tras cinco movilizaciones en menos de un mes.

En tanto, un nuevo sondeo del Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) para el semanario Le Journal du Dimanche muestra una pérdida de popularidad del mandatario de dos puntos en un mes, escenario atribuido precisamente a reforma de la jubilación.

A juicio del director de la encuestadora, Frédéric Dabi, el jefe de Estado paga el precio de un proyecto impopular, en alusión al texto que cumple el camino parlamentario en medio del rechazo unánime de los sindicatos y de la mayor parte de la oposición.

Según la pesquisa, Macron perdió terreno incluso entre quienes lo llevaron a la reelección en mayo del año pasado.