TRUMP 2.0

Analistas advierten señales de una nueva crisis bancaria en EE.UU.

Varias entidades medianas mantienen riesgos que en su momento hicieron colapsar a SVB

BAE Negocios

El sistema financiero de Estados Unidos vuelve a estar bajo la lupa. Analistas del mercado advierten que varios bancos regionales muestran señales preocupantes en medio de un entorno marcado por tensiones en el mercado de bonos y el deterioro del sector inmobiliario comercial (CRE, por sus siglas en inglés). La combinación de tasas de interés elevadas, altos niveles de vacancia en oficinas y pérdidas acumuladas en las carteras de deuda amenaza con reavivar los fantasmas de una crisis bancaria como la de 2023.

La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) informó que, al cierre del primer trimestre de 2025, los bancos estadounidenses acumulaban más de USD 480.000 millones en pérdidas no realizadas en sus portafolios de bonos. Si bien el monto bajó desde los USD 700.000 millones registrados durante el pico de la crisis en 2022, la cifra sigue siendo significativa.

La preocupación recae especialmente sobre las entidades medianas, que operan con reglas regulatorias más flexibles. Estas exenciones podrían transformarse en vulnerabilidades ante un shock de liquidez o una corrida bancaria. Un informe de la gestora Mirabaud advierte que el sistema no terminó de aprender las lecciones que dejó la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) y sostiene que “las presiones tóxicas pueden reaparecer si el clima financiero vuelve a tensarse”.

 

 

Señalados

La firma señala a cuatro entidades en situación delicada: Comerica, Zions Bancorp, Cullen/Frost y Bank OZK. Todas tienen en común una alta exposición al mercado de oficinas, locales y depósitos comerciales, combinada con un capital ajustado para cubrir potenciales pérdidas. En caso de enfrentar necesidades urgentes de liquidez, tendrían que vender activos con fuertes descuentos, informa el medio español elEconomista.es

Las cifras respaldan esta alerta. Moody’s calcula que la vacancia en el sector CRE supera el 20%, mientras que la Reserva Federal estima que los impagos ya alcanzan el 11%, el nivel más alto desde 2008. Comerica, por ejemplo, tiene USD 20.610 millones en préstamos CRE y un capital CET1 de USD 8.712 millones, lo que arroja una ratio de cobertura de 2,3 veces. Esa relación excede el umbral de 2 veces que el sector considera prudente. Si los impagos continúan, el banco podría verse forzado a vender bonos con pérdidas, que ya suman USD 2.539 millones en su cartera disponible para la venta (AFS).

Cullen/Frost exhibe una ratio similar, de 2,2 veces, con pérdidas en bonos que alcanzan los USD 1.403 millones. Zions Bancorp y Bank OZK muestran situaciones más frágiles. Zions tiene una ratio de 3,4 veces y un agujero en su cartera de deuda de USD 1.349 millones, mientras que OZK, con pérdidas por USD 91 millones, también supera el umbral crítico.

 

Tasas altas

Mirabaud advierte que, más allá del balance, “la verdadera prueba para un banco es su capacidad para resistir el comportamiento colectivo durante momentos de tensión”. Esa capacidad se ve erosionada cuando las pérdidas limitan la posibilidad de maniobra, como ocurrió con SVB. Al intentar ampliar capital para evitar vender activos con pérdidas, la entidad reveló su debilidad y generó una crisis de confianza que derivó en su colapso.

Mientras tanto, la Reserva Federal mantiene los tipos de interés en niveles elevados. Tras tres reuniones sin cambios, sólo anticipa dos recortes de 25 puntos básicos durante el año. Esta política restringe el valor de los bonos antiguos y prolonga la presión sobre los balances bancarios. La gestora advierte que “el caldo de cultivo que desencadenó la crisis de SVB sigue presente”, y no descarta que emerjan nuevos focos de inestabilidad.

Comerica, Zions, Cullen/Frost y OZK poseen una capitalización bursátil superior a los USD 5.000 millones. Sus activos oscilan entre los USD 39.000 millones y USD 89.000 millones, cifras aún lejanas a los USD 212.000 millones que manejaba SVB antes de caer. Sin embargo, su tamaño no los exime del riesgo.

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