Cierre de campaña: de la "motosierra" de Donald Trump a la mesa de Kamala Harris
Trump prometió reducir drásticamente el tamaño del aparato federal, mientras que Harris dijo que está dispuesta a representar a todos los estadounidenses. Cómo fueron los cierres de campaña de los candidatos
En los cierres de campaña de cara a las elecciones, Kamala Harris y Donald Trump presentaron dos visiones opuestas para el futuro de Estados Unidos. Desde el Ellipse en Washington, Harris, actual vicepresidenta y candidata presidencial demócrata, acusó a Trump de fomentar “más caos y división” y de promover políticas que “benefician a unos pocos en detrimento de la mayoría”. En su discurso, llamó a un “cambio de liderazgo” que incluya a todos los estadounidenses y prometió una gestión que “escuche a todos, incluso a quienes no voten por ella”.
Por su parte, Trump culminó su campaña en un evento en Madison Square Garden, Nueva York, reafirmando su intención de reestructurar el gobierno federal, en una suerte de versión norteamericana de la motosierra de Javier Milei en Argentina. En su visión, figuras como Elon Musk y Robert F. Kennedy Jr. ocuparían roles clave: Musk lideraría una reducción drástica de la burocracia, mientras que Kennedy gestionaría las agencias de salud, priorizando una “alimentación regenerativa y eliminación de toxinas”. Ante las críticas de expertos como el exsecretario del Tesoro Larry Summers, que calificaron de “inviables” sus propuestas de recortes, Trump sostuvo que “reformar el gobierno desde cero” es posible, aunque necesitaría apoyo legislativo.
Ambos candidatos buscaron atraer el voto indeciso con estrategias opuestas: Harris apeló a la unidad y al “sentido común”, mientras que Trump enfatizó su plan de reestructuración y su eslogan de “recuperar América”.
Kamala Harris: Trump está “obsesionado con la venganza”
Harris tuvo su cierre de campaña en el Ellipse, lugar donde, en 2021, Trump motivó a sus seguidores a “pelear con todas sus fuerzas” para revertir los resultados de la elección, hecho que desencadenó el ataque al Capitolio. Allí apuntó a su rival: “Sabemos quién es Trump. Es la persona que estuvo en este mismo lugar hace casi cuatro años y envió a una multitud armada al Capitolio de Estados Unidos para anular la voluntad del pueblo en una elección libre y justa, una elección que él sabía que había perdido”.
La candidata proyectó un futuro sombrío si Trump vuelve a asumir el cargo, describiéndolo como “obsesionado con la venganza” y “consumido por el resentimiento”, algo que consideró una amenaza para la estabilidad del país. En su lugar, ofreció un “camino diferente” y pidió el apoyo de los votantes. “Sé que él volvería a la Casa Blanca con una lista de enemigos, mientras que yo traería una lista de tareas”, declaró Harris ante una multitud estimada en 75.000 personas.
Donald Trump is unstable, obsessed with revenge, and out for unchecked power.
He's not thinking about how to make your life better.pic.twitter.com/nUmXSPqZZ7
Harris criticó la narrativa de Trump, asegurando que en su gobierno los desacuerdos no serán motivo de represalias: “A diferencia de Trump, no creo que las personas que no están de acuerdo conmigo sean enemigos. Él quiere encarcelarlos. Yo, en cambio, les ofreceré un lugar en mi mesa”. Agregó que, de ser elegida, gobernará para todos los ciudadanos: “Representaré a todos los estadounidenses, incluidos aquellos que no voten por mí, y atenderé sus necesidades y deseos”.
Por otra parte, el discurso de Harris también buscó desmarcarse de los recientes comentarios de Joe Biden, quien, en un evento en apoyo a la candidata, describió como “basura” a los seguidores de Trump: “Quiero ser clara: estoy en completo desacuerdo con criticar a las personas por su voto”, afirmó Harris en respuesta a las preguntas de la prensa.
Donald Trump: “Traeré de nuevo el sueño americano”
Por su lado, Trump esbozó un plan de gobierno que incluiría a personalidades no convencionales, como Robert F. Kennedy Jr. y Elon Musk, para liderar reformas en salud y administración pública. El objetivo, según indicó, sería reducir drásticamente el tamaño del aparato federal y aplicar cambios en la salud pública y la estructura administrativa del Estado. Para lograrlo, considera permitir que Kennedy y Musk rediseñen los sistemas de salud y eficiencia gubernamental, delegando en ellos una autoridad sin precedentes.
Planea otorgar a Robert F. Kennedy Jr., activista en salud y medio ambiente, autoridad sobre el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), los CDC, la FDA y el NIH. Kennedy Jr. es conocido por su escepticismo sobre las vacunas y su visión crítica hacia la producción de alimentos industrializada. Trump considera darle libertad para implementar su proyecto “Make America Healthy Again”, que propone promover una agricultura regenerativa y eliminar toxinas del aire, agua y alimentos.
Otro componente clave del plan es Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, quien asumiría un papel para reformar la administración federal. Musk ya sugirió reducir el gasto público con una reforma masiva de la burocracia, llegando a proponer un recorte de hasta $2 billones en gasto federal, apoyado en parte por inteligencia artificial para evaluar el desempeño de empleados públicos.
El apoyo de figuras republicanas como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, añade peso a la idea de una reforma masiva, especialmente en el sistema de salud. Una de las metas es eliminar el Affordable Care Act (conocido como Obamacare), aunque admiten que se necesitaría una reforma profunda para lograrlo.