La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidió mantener sin cambios las tasas de interés en el rango del 4,25%-4,50%, en línea con lo esperado por los mercados. La decisión fue unánime y refleja la cautela del organismo frente a la incertidumbre económica y política derivada de la asunción de Donald Trump como nuevo presidente de la principal potencia mundial.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, justificó la postura del banco central y afirmó que "en la situación actual hay una incertidumbre elevada", aunque aseguró que "con el tiempo, volveremos a niveles normales". En ese sentido, remarcó que la entidad no tiene prisa por recortar las tasas de interés y que tomará decisiones con base en la evolución de la inflación y el crecimiento económico.

En conferencia de prensa, Powell insistió en que la política monetaria seguirá siendo restrictiva mientras la inflación no se acerque a su meta. "No estamos siguiendo un camino predeterminado. Si la economía sigue fuerte y la inflación no cede, podemos mantener esta postura por más tiempo", advirtió.

Ante las presiones políticas, Powell evitó confrontar con el gobierno de Donald Trump, quien en el Foro de Davos pidió explícitamente una baja en las tasas de interés . "No voy a responder a lo que ha dicho el presidente. Seguiremos haciendo nuestro trabajo con independencia", respondió el titular de la Fed.

A pesar de la postura de la Fed, los mercados siguen apostando por una primera baja en las tasas de interés para junio. No obstante, los analistas advierten que la entidad esperará señales más claras de una desaceleración inflacionaria antes de flexibilizar su política.

Lindsay Rosner, especialista de Goldman Sachs AM, consideró que la Fed "ha entrado en una nueva fase" y que la solidez de los datos macroeconómicos le permite actuar con cautela.

El anuncio de la Fed coincidió con una jornada de alta volatilidad en los mercados, marcada por la presentación de balances de gigantes como Microsoft, Meta y Tesla. Además, la incertidumbre se incrementó tras confirmarse la decisión de Trump de aplicar aranceles del 25% a productos de México y Canadá, lo que podría afectar el comercio y la inflación en EE.UU.