El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a referirse a la crisis en Oriente Medio y reavivó las tensiones diplomáticas con Irán. Si bien desde su entorno insisten en una postura dura, el escenario interno revela un desgaste creciente. Según una reciente encuesta realizada por The Economist/YouGov, la mayoría de los estadounidenses desaprueba su enfoque en el conflicto entre Irán e Israel y prioriza la vía diplomática antes que un eventual ataque.

En declaraciones recientes, Trump afirmó que "nada es demasiado tarde", en relación con las negociaciones nucleares con Irán, y aprovechó para lanzar una crítica directa al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell: "Lo único que llega tarde es Powell", sentenció. Al ser consultado sobre una posible ofensiva contra instalaciones nucleares iraníes, el mandatario evitó responder con claridad. "Puede que lo haga, puede que no. Nadie sabe qué voy a hacer. Irán tiene muchos problemas y quiere negociar", aseguró con tono irónico.

Además, calificó como "muy triste" la escalada entre Irán e Israel y sostuvo que "nunca había visto nada igual". Las tensiones se profundizaron tras el ataque israelí del viernes pasado, que dejó un alto saldo de víctimas. Trump advirtió que, si no se firma un nuevo acuerdo nuclear, Irán sufrirá represalias "aún más brutales".

Sin embargo, su discurso contrasta con el clima en la sociedad estadounidense. El sondeo de The Economist/YouGov reveló que solo el 37% aprueba la gestión estadounidense en el conflicto entre Irán e Israel, mientras que el 44% la desaprueba.

No obstante, el 50% de los encuestados consideró a Irán como un enemigo directo, el 25% lo calificó como hostil y apenas el 5% lo ve como un aliado. Aun así, la mayoría de la población apoya las negociaciones nucleares. El 56% respalda el diálogo con Irán, incluyendo el 58% de los votantes demócratas y el 61% de los republicanos, una diferencia sustancial respecto de 2015, cuando solo el 32% avalaba esa estrategia durante el mandato de Barack Obama.

La opción militar, en cambio, cuenta con un escaso respaldo. Apenas el 16% de los estadounidenses se muestra a favor de una intervención armada, mientras que el 60% la rechaza de forma contundente. En cuanto a Israel, el 36% lo percibe como aliado y otro 44% lo define como "amigo" o no tiene una postura firme. Solo el 6% lo considera enemigo.

Las opiniones también se dividen según las preferencias políticas. El 51% de los votantes demócratas cree que el conflicto debilitará a Estados Unidos, mientras que entre los republicanos el 27% sostiene que la seguridad nacional se fortalecerá y el 25% opina lo contrario.