Microchips, crisis energética y tifones
Se suman las complicaciones para las redes logísticas a nivel mundial, con epicentro en el continente asiático
Los microchips ó semiconductores se encuentran en autos, camiones, teléfonos móviles, consolas de videojuegos, monopatines y en todo tipo de electrodomésticos como microondas, lavarropas o tostadoras. Por lo que la actual escasez, que comenzó poco después de declarada la pandemia de coronavirus y se espera que se extienda al menos hasta el año próximo, repercute en la vida cotidiana más de lo que uno supone.
Hay dos problemas fundamentales por los que la producción de microchips entró en una suerte de "embudo". Por un lado montar una fábrica que realice microchips es muy costoso y tiene particularidades técnicas como el hecho de que tenga que estar mil veces más limpia que un quirófano, además de tener un plazo de obsolescencia muy acotado. Actualmente sólo dos países, Corea del Sur y Taiwán, prácticamente monopolizan la fabricación de microchips.
La segunda razón que ha motivado esta crisis es que durante la pandemia de coronavirus se paró su producción y ahora países como EEUU y China tienen una gran demanda por lo que son ellos los que hacen el acopio de los microchips.
El cuello de botella está poniendo a prueba a marcas globales como Apple, que recientemente anunció que podría tener que recortar sus objetivos de producción de 2021 del iPhone 13 por la escasez de chips.
Los plantes de la compañía pasaban por la fabricación de 90 millones de terminales en el último trimestre de 2021, que se verían reducidos en unos 10 millones por los problemas de suministro.
En vista de los problemas que la dependencia de las fábricas de chips en Asia están ocasionando, tanto la Unión Europea como Estados Unidos anunciaron planes para invertir en los próximos años miles de millones de dólares para la construcción de fábricas de semiconductores en sus territorios.
Como si estas dificultades no bastaran, les podemos sumar la crisis energética en China, que está obligando a parar la producción por algunas horas del día en varias regiones, y los tifones, por cuya causa el 77% de los puertos de la región estaban congestionados, con 107 buques esperando en las ciudades de Hong Kong y Shenzen, según información de la agencia Bloomberg citada por la publicación Business Insider.