El reciente bombardeo israelí en Doha, capital de Qatar, ha sido calificado por el terrorista Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) como un ataque directo al proceso de negociación en curso.

Según Hamás, este acto no solo buscó atentar contra su delegación negociadora, sino que también representa un ataque a los esfuerzos de mediación de Qatar y Egipto.

Fauzi Barhum, líder de Hamás, destacó que el ataque ocurrió un día después de una reunión clave con las autoridades qataríes, quienes habían presentado una nueva propuesta de alto el fuego.

 

 

El ataque tuvo como objetivo la vivienda de Jalil al Haya, jefe de la delegación negociadora de Hamás en Gaza, resultando en la muerte de su hijo y heridas a su esposa, nuera y nietos.

Este hecho ha sido recogido por el diario 'Filastín', aunque el estado de salud de Al Haya aún no ha sido confirmado por Hamás. Barhum enfatizó que este crimen no solo es un ataque a la soberanía de Qatar, sino una declaración de guerra contra todos los países árabes e islámicos.

En un comunicado posterior, Hamás acusó al Ejército de Israel de intentar frustrar los esfuerzos regionales e internacionales para detener el genocidio y la hambruna en Gaza.

Además, responsabilizó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y a su gobierno extremista del fracaso de las negociaciones previas. Hamás también señaló a Estados Unidos como cómplice del ataque, instando a que asuma su responsabilidad política y moral por su continuo apoyo a Israel.

Finalmente, Hamás expresó su solidaridad con Qatar y agradeció las posturas de apoyo recibidas, aunque exigió medidas más concretas para frenar lo que denominó como la arrogancia sionista.

Este incidente subraya la creciente tensión en Medio Oriente y el impacto potencial en la seguridad regional e internacional, destacando la complejidad de las relaciones diplomáticas en la región.