Trump vinculó el paracetamol en el embarazo con un mayor riesgo de autismo
El expresidente desaconsejó el uso del analgésico en embarazadas, pero los expertos advirtieron que no existe evidencia alguna que lo relacione con el autismo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desató controversia al desaconsejar el uso de paracetamol en mujeres embarazadas porque, según dijo, podría estar “asociado a un riesgo muy elevado de autismo”. Las declaraciones contradicen la experiencia médica acumulada durante décadas y alarmaron a la comunidad científica.
“No lo tomen, no se lo den a su bebé”, advirtió Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca dedicada al autismo, donde estuvo acompañado por su secretario de Salud, Robert Kennedy Jr., un reconocido escéptico de las vacunas. El mandatario se refirió específicamente al Tylenol, la marca más popular de paracetamol en Estados Unidos, un medicamento de venta libre considerado seguro para tratar dolor y fiebre durante el embarazo.
Trump sostuvo que la prevalencia del autismo en el país aumentó de forma dramática. “Hace décadas uno de cada 20.000 niños era autista. Hoy es uno de cada 31”, afirmó, mientras mostraba gráficos que respaldaban sus dichos. Incluso recurrió a comparaciones polémicas: “Según un rumor —y no sé si es cierto— en Cuba casi no tienen paracetamol y casi no tienen autismo”.
La comunidad científica rechazó de inmediato esas afirmaciones. “Vincular el paracetamol al autismo es muy irresponsable y potencialmente peligroso”, advirtieron decenas de investigadores estadounidenses especializados en el trastorno del neurodesarrollo. Recordaron que un estudio publicado en 2024 en la revista médica Jama, basado en más de dos millones de niños, descartó esa relación.
David Mandell, profesor de psiquiatría de la Universidad de Pensilvania, explicó que el tema “no es nuevo” y que las investigaciones realizadas hasta el momento ofrecieron resultados divergentes. “Sabemos que la fiebre durante el embarazo puede aumentar el riesgo de trastornos del desarrollo neurológico. Por eso hay que ser muy cautelosos para no confundir la causa con el medicamento”, señaló.
Más allá del debate, el Departamento de Salud estadounidense anunció en paralelo la autorización del uso de leucovorina, un derivado del ácido fólico, para tratar algunos síntomas del autismo como el retraso en el lenguaje.
Trump también cuestionó el calendario de vacunación infantil. “No hay ninguna razón para vacunar contra la hepatitis B a un bebé que acaba de nacer. Se debería esperar hasta que tenga 12 años”, sostuvo, pese a que la enfermedad puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo o el parto.