Vestidos de otra galaxia: lujo extremo y moda estridente en la boda de Jeff Bezos
Con diseños de hasta USD 10.000, joyas deslumbrantes y transparencias provocadoras, la agenda de looks en Venecia confirma una sola regla: destacar a toda costa
La boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez en Venecia reúne a unas 200 figuras de la elite global bajo un único código de vestimenta: el exceso. Florales exuberantes, estampados animales, transparencias osadas, joyas descomunales y piezas de archivo dominan una pasarela flotante donde los invitados parecen competir por el atuendo más inolvidable.
La propia Lauren Sánchez marcó el tono desde el primer evento del jueves, con un vestido de alta costura de Schiaparelli. El modelo, parte de la línea Icarus, incluía un corset metálico ajustado, una banda de satén con flores bordadas en el pecho y una falda ceñida con el mismo estampado. Completó el look con aros de diamantes, un segundo anillo también con piedras y el descomunal anillo de compromiso. Bezos optó por un perfil más sobrio, aunque no menos costoso: traje gris carbón y anteojos de sol Jacques Marie Mage valuados en USD 975.
Kim Kardashian fue otra de las que no pasó inadvertida. Eligió un vestido con estampado de serpiente, escote pronunciado y tiras cruzadas en el frente. Sumó un anillo en forma de mariposa y maquillaje cargado. En otra aparición, se volcó por el logo-mania con un conjunto de Balenciaga: top sin tirantes, falda de tiro alto y buzo con capucha, todo en negro y con el nombre de la marca en blanco.
Su hermana Khloé Kardashian tuvo varias entradas triunfales. Primero, con un mono animal print de la colaboración Skims x Dolce & Gabbana. Más tarde, con un vestido de malla semitransparente cubierto de lentejuelas plateadas en franjas. El escote bajo dejó ver el corpiño estructurado de la prenda interior. Como accesorios, llevó una pulsera de diamantes de gran tamaño y anteojos de diseñador.
Kris Jenner, la matriarca del clan, apareció con un vestido de tul, mangas abullonadas, cinturón con rosa y largos aros de diamantes. Su pareja, Corey Gamble, eligió un traje negro total con collares de perlas. Ambos llevaron gafas de sol y brazaletes plateados.
Kendall Jenner, en cambio, apostó por el archivo. Usó un vestido vintage de Roberto Cavalli, de la colección primavera 2002: escote halter profundo, falda ajustada y una mezcla de estampados florales en tonos rosados.
Kylie Jenner optó por un vestido transparente ajustado de encaje amarillo. Debajo se vislumbraban prendas color durazno. Sumó un bolso negro de cuero y lentes redondos.
Una boda invadida por el loud luxuryIvanka Trump también deslumbró con uno de los vestidos más caros de la celebración. Subió a un taxi acuático luciendo un minivestido de Oscar de la Renta, bordado con lentejuelas degradadas en blanco y rosa, y flores tridimensionales. El diseño, con breteles simulando tallos, está cotizado en USD 9.990.
La modelo italiana Vittoria Ceretti eligió un vestido gris con moño en el pecho, apliques florales en un solo hombro y cintas entrelazadas en la falda. Justo detrás suyo, Natasha Poonawalla llegó en un diseño de AZ Factory con corazones 3D, telas mixtas y escote palabra de honor.
Para uno de los eventos previos, Sánchez había elegido un vestido de Alexander McQueen del año 2003, ceñido al cuerpo, con un solo hombro y cubierto de diagonales brillantes. Bezos, fiel a su estilo relajado, combinó saco y remera color crema con lentes de sol.
Hasta Oprah Winfrey se sumó a la extravagancia. Eligió un vestido burdeos con flores blancas y cortes sutiles a los lados. Su amiga Gayle King vistió de amarillo y blanco, también con un print llamativo. Las dos llegaron juntas, como en un paseo entre amigas, aunque la escenografía fuera una postal veneciana de alta costura.
En este escenario dominado por el loud luxury, ningún detalle parece quedar librado al azar. En la boda de Bezos y Sánchez, el lujo no es sólo un lenguaje: es la ley.
