Crece el uso del efectivo por las rebajas y compite con tarjetas y billeteras digitales
En medio de la recesión, los comercios premian el pago en efectivo con importantes descuentos y recargan transferencias y pagos digitales. La informalidad gana terreno frente a los canales bancarizados
Crece el uso del efectivo, pese a los imbatibles descuentos y reintegros de los bancos y billeteras electrónicas, el papel constante y sonante gana terreno. No hay categoría que no ofrezca un descuento importante por pago efectivo, es más algunos cobran un recargo por el pago con transferencia.
En zonas como Avellaneda y Nazca en Flores, zona de Once y La Gran Dulce no es lo mismo ir con efectivo que pagar con transferencia. Son muy pocos los casos que aceptan tarjeta de crédito o débito, aunque los hay, la mayoría prefiere cash. En estos centros comerciales el cliente que va con efectivo puede regatear los precios y conseguir atractivas rebajas. En cada vez más casos, cuando se intenta hacer una transferencia o pago digital, el recargo va entre el 5 y 10%. Desde hace bastante que muchos comercios aplican el recargo con pago con tarjeta, pero se está poniendo de moda recargar el pago con billeteras virtuales, código QR y toda clase de transferencias.
La explicación que dan los comercios es el recargo que cobran las entidades. Lo cierto es que la venta en efectivo da ventajas que no todos los otros medios ofrecen, por ejemplo no se paga impuestos sobre esa facturación.
Una importante cadena de zapaterías para dama con locales abiertos en los principales barrios porteños ofrece unas ofertas imbatibles: botas de cuero a $26.000, zapatillas a $20.000. Los grandes carteles en las vidrieras invitan a entrar. Nada dice la vidriera de cómo es el pago. Pero la empleada aclara cuando ya la clienta se entusiasmó, se probó varios calzados y está lista para comprar que sólo se recibe efectivo.
No hay manera de convencerla para que acepte transferencia. Incluso, las empleadas ya saben dónde están los cajeros más próximos y mandan a las clientas a rescatar efectivo si quieren aprovechar la oferta. Antes daban una bolsa del local, ahora para ahorrar ni bolsa dan. La que quiera comprar que compre y salga con la cajita y sino, que pague por una bota no menos de $70.000 en cualquier otro local. Simple. En cualquier momento ni la linda cajita azul entregan, y tendrán salir con los calzados en la mano. Pero así es el mundo de las ofertas, efectivo o nada.
En la gastronomía ya se convirtió en un clásico, basta caminar por las principales avenidas para verlo. En un principio, sólo los menú ejecutivos del mediodía había que pagarlos sí o sí en efectivo. Con el correr de los meses, cada vez más ofrecen descuento por pago contado. Desde Bares Notables o afamados restaurantes ofrecen un descuento del 10% por pago contado.
Pero si se busca con esmero, hay lugares que ofrecen rebajas de hasta el 20% por pago efectivo, por ejemplo una cadena de barra cevichera ofrece 20% y hasta tiene un tenedor libre en Almagro donde el efectivo es el rey.
En frente a Parque Lezama hay un reconocido lugar que ofrece recitales de todos los géneros que aclara 10% off por pago efectivo con un consumo mínimo de $10.000. Un clásico en lugares que ofrecen recitales de jazz en zonas como Palermo que obligan a un consumo mínimo y ofrecen rebaja en efectivo.
La compra de indumentaria, la gastronomía y también los servicios de belleza ofrecen descuentos. Un servicio de manicuría puede tener hasta un 15% de descuento si se paga en efectivo.
Ni hablar de los supermercados chinos. Por ejemplo un afamado malbec que en una cadena de supermercados cuesta $9.000, en un supermercado chino si se paga en efectivo cuesta $5.500 y una afamada vinoteca china de Ayacucho al 400 en Balvanera lo ofrece a $4.500. Pero atenti, esta vinoteca sólo acepta efectivo, nada de transferencias y menos tarjetas. “Sólo efectivo” repite su dueño chino y para compensar el mal trago o la mala noticia, a veces, ofrece una degustación de vinos.
Todos buscan no sólo escaparle al fisco, sino también ahorrarse las comisiones de los bancos y billeteras. En épocas de consumo en baja, todo vale. Y con efectivo se pueden conseguir grandes rebajas todos los días, no sólo una o dos veces a la semana.