balance legislativo

Congreso: el Gobierno tuvo pocas pero importantes victorias y ninguna derrota definitiva

El Presidente mostró mucha mayor capacidad de que que el resto del arco político imaginaba cuando arrancó la gestión.

Gabriela Vulcano

Las leyes sancionadas no fueron muchas (44), pero sí las suficientes para que Javier Milei tuviera herramientas de sobra para implementar una serie de cambios importantes que dejaron desorientados a casi todos sus contrincantes. Con sólo 39 diputados y 6 senadores, en tan sólo un año, La Libertad Avanza logró aprobar la Ley Bases -que estableció reformas en diversos ámbitos- y el Pacto Fiscal, blindó dos vetos (movilidad jubilatoria y financiamiento universitario) y neutralizó a la oposición, a través de un discurso "anti casta" y de la cooptación, lo que fue clave para que se mantenga en pie el mega DNU 70.

Las derrotas que tuvo en el terreno legislativo fueron pocas. La principal fue la unificación de las distintas fuerzas opositoras para voltear en ambas cámaras el decreto que le otorgaba 100 mil millones de pesos a la SIDE para fondos reservados. Sin embargo, no resultó un impedimento para que el oficialismo de a poco extendiera sus redes dentro de los servicios de Inteligencia. Ni siquiera el hecho de que la presidencia de la Bicameral de Inteligencia quedara en manos del senador radical Martín Lousteau -en lugar de Edgardo Kueider, que era su candidato y hoy está preso en Paraguay por "contrabando- los complicó.

En el debate de la Ley Bases, que llevó casi seis meses, los libertarios tuvieron pequeñas pérdidas, algunas de las cuales luego subsanaron mediante DNUs. En total, el mandatario firmó medio centenar en estos 12 meses. Uno de esos casos fue el de Aerolíneas Argentinas, a la que debieron quitar del listado de empresas sujetas a privatización, por pedido de algunos gobernadores y senadores en medio de las negociaciones de la Ley Bases; y después la incluyeron a través de un decreto. De todos modos, todavía no pudieron llevar esa discusión al recinto.

La oposición le dio mucho más que gobernabilidad a Milei. Nunca tantas fuerzas políticas se lanzaron a acompañar sin titubeos al oficialismo. La excepción fue Unión por la Patria, que se opuso a casi todo lo que impulsaron los libertarios. Los únicos peronistas que se desmarcaron rápido fueron los tres diputados tucumanos que responden al gobernador Osvaldo Jaldo y que no dudaron en armar una bancada aparte para votar junto al oficialismo sin tener que dar explicaciones.

La bancada del PRO, que conduce Cristian Ritondo, se convirtió en una extensión del oficialismo, incluso en los momentos de mayor tensión entre Mauricio Macri y el Presidente. Convencidos de que los macristas no tienen a dónde ir, los libertarios hicieron uso del voto de sus aliados incondicionales cada vez que lo necesitaron. También se nutrieron sin empacho de Innovación Federal, integrado por legisladores que responden a los gobernadores de partidos provinciales. Un poco más dispar fue el aporte que le hizo la UCR.

El jefe del bloque radical en la Cámara baja, Rodrigo De Loredo, se mostró algo tembloroso cada vez que intentó unificar una postura ante los oficialistas, lo que derivó en que surgiera una sub bancada, conformada por los radicales "peluca" (Mariano Campero, Luis Picat, Martín Arjol, Federico Tournier y Pablo Cervi), y que otros doce se fueran para crear el bloque Democracia para Siempre, que lidera Pablo Juliano.       
  
Para Milei, los radicales pasaron de estar en la "lista negra" de los "traidores" y "enemigos" a ser unos de los principales socios para el armado de la estrategia legislativa. Tanto es así que el secretario parlamentario de esa bancada, Alejandro Cacace, fue designado este martes subsecretario de Reformas Estructurales en el ministerio de Desregulación y Transformación, que conduce Federico Sturzenegger.

En el oficialismo no ocultan su satisfacción por haber dinamitado al radicalismo. Hicieron lo mismo que otros gobiernos, pero con más éxito: apuntaron directo a los desacuerdos internos, pero sobre todo explotaron el temor de los radicales a quedar pegados al kirchnerismo. También advirtieron que a muchos de ellos los inquietó por demás aparecer en los tuits de Milei, quien no dudó en descalificar a la llamada "casta" como un modo de control parlamentario.

Más zigzagueante fue el vínculo con el bloque de Encuentro Federal, que lidera Miguel Ángel Pichetto. El diputado rionegrino, por momentos, hizo un juego aparte, en un intento por colaborar con los libertarios, incluso hasta el borde de explicitar su apoyo. "Tengan una cuota de flexibilidad. Les encanta seguir perdiendo. Traten de ganar. No hay que perder, hay que ganar", dijo el ex compañero de fórmula de Macri, en la primera sesión en la que se intentó aprobar la Ley Bases en febrero último.

Sus compañeros Emilio Monzó, Nicolás Massot y Oscar Agost Carreño se inclinaron por ser un poco más incisivos. Si bien acompañaron aquella norma, a la que le introdujeron varias modificaciones; intentaron más de una vez poner contra las cuerdas al oficialismo, sin mucho resultado.

En Diputados y el Senado, Unión por la Patria se transformó en la principal fuerza opositora a La Libertad Avanza. De a poco, pudo coordinar una estrategia parlamentaria con la bancada de Pichetto y el grupo de legisladores que se referencian en Lousteau y Facundo Manes, que decidieron dejar atrás el fantasma de quedar asociados al peronismo. Aún así, cada vez que todos ellos se impusieron en las votaciones, como con la movilidad jubilatoria o el financiamiento universitario, chocaron con los vetos de Milei y su poder para blindarlos, evitando que la oposición consiguiera los dos tercios que se necesitan para la insistencia de una ley.  

La aprobación de la Ley Bases fue el gran triunfo de Milei. Con esa norma, repuso el impuesto a las Ganancias, aplicó una reforma laboral y puso en funcionamiento el RIGI, entre otras cuestiones. Pero, sin duda, la mayor satisfacción provino del DNU 70, que modificó y derogó más de 300 leyes, y sólo el Senado se atrevió a rechazar.

Bajo el lema de que "el déficit cero no se negocia", el presidente no dudó en recurrir al veto o avanzar con sus medidas a puro DNU, sin pagar demasiados costos. Por segundo año consecutivo, el mandatario se encamina a prorrogar el Presupuesto que diseñó Sergio Massa en 2022, luego que resolvió no discutir el que confeccionó el ministro de Economía, Luis Caputo, ante los interminables desacuerdos con los gobernadores.

Con sus movimientos y jugadas políticas pergeñadas en la Casa Rosada, los hermanos Milei -Javier y Karina- y quienes los rodean demostraron que tienen más muñeca política de la que la dirigencia política tradicional pensaba cuando el desnutrido y heterogéneo grupo de libertarios puso un pie en el Congreso.    

Esta nota habla de: