El tablero político argentino sumó tensión esta semana con un cruce que tiene a Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, en el ojo de la tormenta. El presidente Javier Milei lo señaló como responsable de la inseguridad tras el brutal asesinato de Kim Gómez, una niña de 7 años en La Plata, y llegó a pedir su renuncia para justificar una intervención provincial. Kicillof encontró respaldo en Cristina Kirchner y Sergio Massa, quienes no dudaron en salir al cruce del libertario.

El kirchnerismo, con Cristina a la cabeza, calificó el movimiento de Milei como un “golpe institucional”. Desde el Partido Justicialista nacional, que ella lidera, emitieron un comunicado lapidario: “Repudiamos la gravísima e insólita amenaza de intervención a la provincia de Buenos Aires por parte del presidente Javier Milei, quien intenta un golpe institucional contra Axel Kicillof”. Máximo Kirchner, al frente del PJ bonaerense, había marcado la cancha antes con un texto que no se guardó nada: “¿Hasta dónde va a seguir agrediendo a los bonaerenses que eligieron democráticamente a sus representantes?”.

En Radio Futuröck, Máximo redobló la apuesta con un tono que mezcló solidaridad y sarcasmo. “Es llamativo que Milei tenga como subsecretario a Daniel Scioli y como aliada a María Eugenia Vidal, exgobernadores bonaerenses. Quizás debería charlar con ellos sobre el caso Pomar antes de hablar de intervenir”, disparó, en referencia a un resonado caso de inseguridad durante la gestión sciolista. Y remató: “Llamar asesino a Kicillof es de una irresponsabilidad pocas veces vista”.

Por su parte, Sergio Massa, líder del Frente Renovador, no se quedó atrás y tildó el pedido de Milei de “desesperado”. Desde sus redes, escribió: “La propuesta de intervenir la provincia, acorralado por el escándalo de su estafa –hoy tapa del New York Times–, no es una respuesta a las víctimas de inseguridad”. Massa apuntó al corazón del problema: “Cada muerte duele, pero usarla para sacar rédito político con soluciones imaginarias es miserable”.

El trasfondo no es menor. Milei, envuelto en denuncias por la promoción de la criptomoneda $LIBRA, parece haber encontrado en la inseguridad bonaerense un salvavidas para desviar la atención. Sin embargo, juega una carta arriesgada: el PJ reclama $700 millones de un fondo de seguridad que el Gobierno nacional retacea, y Kicillof, que aún no respondió oficialmente, prepara una conferencia esta tarde que promete más chispas.

Mientras tanto, el camporismo cerró filas. Eduardo “Wado” de Pedro acusó a Milei de “otro impulso autoritario”, Mayra Mendoza habló de un “modelo económico camino al estallido” y Facundo Tignanelli lamentó que el Presidente “dé la espalda al trabajo conjunto”. El mensaje es claro: Kicillof no está solo.

En el gobierno provincial, en tanto, dicen ser víctimas de un plan para generar caos. Como prueba de ese supuesto intento desestabilizador de su gestión, Kicillof hizo saber que hay dos detenidos por los incidentes frente al Palacio Municipal de La Plata, presuntamente infiltrados políticos, en la multitudinaria manifestación de vecinos que marchó para pedir justicia.

Kicillof suma adhesiones tanto dentro de su propio gobierno, como en el resto del territorio bonaerense. El ministro de Justicia de la Provincia, Juan Martín Mena, criticó al Gobierno nacional y sostuvo: “Frente al dolor de una familia argentina aparece una especulación tan berreta y deshumanizada que duele muchísimo”.

Gabriel Katopodis, Ministro de Infraestructura bonaerense, calificó a Milei como un estafador y lo acusó de “mentir, agredir y estafar haciéndole creer a la gente que él trabaja por el bien de los ciudadanos cuando sólo se preocupa por favorecer a su familia y a un puñado de millonarios".

Más de 500 intendentes del país que componen la Federación Argentina de Municipios (FAM), que preside el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, expresaron su “más enérgico repudio a las recientes declaraciones del presidente Javier Milei contra el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof”.

El intendente de Pehuajó, Pablo Zurro; el de Avellaneda, Jorge Ferraresi; y el Grupo de los Doce, que incluye a los intendentes Francisco Echarren (Castelli), Juan Pablo García (Dolores), Juan Manuel Álvarez (General Paz), Walter Wischinivetzky (Mar Chiquita), Sebastián Walker (Pila), Juan De Jesús (La Costa), Javier Gastón (Chascomús), Carlos Rocha (General Guido), Sebastián Iannantuony (General Alvarado), Gustavo Barrera (Villa Gesell) y Alberto Gelené (Las Flores), también salieron a bancar al Gobernador.