La potencia inflacionaria sobre los sueldos se consolida como un factor de preocupación y malestar gremial ya en los primeros meses del año. Tras la publicación del último informe del Indec sobre el incremento sostenido de precios para enero del 3,9%, el secretario Adjunto de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar consideró que ese guarismo “echa por tierra cualquier posibilidad de pensar que el Gobierno pueda controlar el aumento de precios en el primer semestre”.

Para el sindicalista, según estimó ante la consulta de BAE Negocios el impacto sobre asalariados, jubilados y el resto de los sectores populares es preocupante y consideró “los alimentos y bebidas aumentan por sobre el promedio general”.

El sindicalista estatal graficó que alimentos y bebidas no alcohólicas ascendieron un 4,9%, bienes y servicios varios 4,3% y gastos de salud 4,1%. Enfatizó de esa manera que se está hablando de elementos y servicios de primera necesidad.

Aguiar no dudó el apuntar “la ineficacia de las medidas del Ejecutivo para controlar la evolución de los costos, como Precios Cuidados, Súper Cerca o el congelamiento de los combustibles, el cual finalizó este mes”.

Además manifestó que ante “el fracaso de las políticas oficiales en algunos casos se está generando un ajuste indirecto o encubierto, porque empieza a haber faltantes en las góndolas de los supermercados y las primeras marcas son reemplazadas por segundas y hasta terceras”.

Con base en las estadísticas para el referente de ATE el primer mes del año tuvo un aumento del 0,1% del IPC con respecto a diciembre. A su vez, es un 0,3% más alto con respecto a enero del 2021, cuando se registró un 3,6%.

A consideración del estatal las evaluaciones por la pauta salarial del año ingresan en una zona de margen poco previsibles, sobre todo tomando en cuenta tanto la estimación del ministro de Trabajo Claudio Moroni respecto al 40% para la discusión paritaria como otras mensuras de analistas privados que se cifran por encima del 50% como ya publicó este medio semanas atrás.