Principio de revelación: el Ejecutivo observa cómo el Senado define el futuro de la Corte Suprema
La cuenta regresiva comienza esta semana y en la Cámara alta se quejan de que no hay movimientos y apuestan a un todo o nada. El quórum pareciera estar garantizado, pero el silencio abruma
El Senado esta semana espera definir, de una vez por todas, los pliegos de Manuel García Mansilla y Ariel Lijo frente a la Corte Suprema de Justicia. Sin negociaciones de por medio, la decisión tomará forma nada más ni nada menos que en el momento en que se sienten a dar quórum los senadores. El pronóstico es que los 37 van a estar, pero el resultado sigue siendo incierto.
“Están todos en cualquiera y no hubo movimientos considerables sobre el tema”, evaluó un allegado a los operadores del oficialismo en el Senado que tienen diálogo con Casa Rosada. La vicepresidenta, Victoria Villarruel, se mantiene aislada de las conversaciones y no recibió una estrategia concreta del Gobierno ni siquiera para decidir si convocaba o no a la sesión que pidió Unión por la Patria semanas atrás. Todo indica que en Balcarce 50 se desentienden y apuestan a que se exponga el que se tenga que exponer, a riesgo de que se desaten cuestionamientos institucionales como consecuencia.
Un sector afín del radicalismo le insistió al Ejecutivo que retire los pliegos, pero se negaron rotundamente a hacerlo. Tal como contó este medio, en el Gobierno están tranquilos con que el que se cocina su apoyo en el Senado es el propio Lijo, mientras que interpretan que el máximo tribunal mantendrá a Mansilla en sus funciones hasta el 30 de noviembre aunque sea rechazado. La decisión estaba tomada desde el momento en que publicaron los decretos para designar a los jueces, ya que en la propia norma consideraron que iban a insistir en el intento de que el Senado se pronuncie.
La primera tentativa fue en febrero, durante las sesiones extraordinarias, pero finalmente no lo pidieron porque se rehusaron a dar quórum. En esta oportunidad los senadores se movilizaron como reacción a los nombramientos en comisión, con la idea de rechazar a cualquier juez que acepte ser nombrado sin acuerdo del Senado: solo aplica para García Mansilla, a quien la Corte le tomó juramento, puesto que Lijo no resignó a su puesto en el juzgado federal. De todos modos, ninguno de los dos pliegos tienen escenarios definidos aún y lo único que asoma cierto consenso es el quórum.
Del interbloque de UxP aseguran que estarán los 34 presentes, inclusive el nuevo bloque peronista Convicción Federal que se suma al conteo de votos a favor de Lijo -el famoso número 14-. A ellos se suma la confirmación del bloque de la UCR: “Creo que va a haber quórum. Nosotros estaremos”, le aseguró un senador del partido a BAE Negocios, aunque admitió que todavía no tienen certezas sobre si votarán divididos o no. Como anticipó este diario, son los dos bloques que mantienen fuertes fisuras por presión de los gobernadores: el Gobierno mantiene viva la carta de la negociación por el Procurador General y el tercio de vacantes en la Justicia Federal con los mandatarios provinciales.
El quórum asomaría sobrado, si es que hay asistencia perfecta de la bancada de Eduardo Vischi. A ellos se sumaría el exlibertario Francisco Paoltroni y la larretista del PRO, Guadalupe Tagliaferri, como presencias aseguradas. Los aliados del Gobierno seguramente asistan para darle la luz verde a Mansilla, aunque es posible que haya un buen número de ausencias. Serán clave, puesto los dos tercios para aprobar a un juez será sobre los presentes: en ese sentido, también pueden haber abstenciones (que en la Cámara alta cuentan como ausencias).
El escenario para el flamante cortesano es negro, puesto que ya cuenta con el rechazo del peronismo y algunos radicales que no responden a gobernadores y buscan defender a la institución del Senado como el que tiene la facultad última de nombrar a los jueces: Martín Lousteau, Maximiliano Abad, Pablo Blanco y Carolina Losada son los principales apuntados, en esa línea. Además de que él sí asumió frente a la Corte en comisión, se diferencia de Lijo en cuanto a que los dos dictámenes que firmaron en la comisión de Acuerdos son de rechazo.
Los próximos días también serán callados, ya que, con feriado de por medio, desde el oficialismo aseguran que es improbable que hayan reuniones. No por nada la vice convocó a la sesión el jueves 3 de abril, justo después del feriado por Malvinas. A esto se suma que la política está concentrada en el cierre de listas y los senadores estuvieron estos días en sus provincias. El silencio abrumará hasta el 3 de abril a las 14 horas.