Comer para entrar en calor: los alimentos que ayudan al cuerpo a bancarse el invierno
Caldos, legumbres, especias y cereales activan el metabolismo y ayudan a mantener el calor corporal. Cómo armar una dieta invernal bien argentina y efectiva.
En los meses más fríos, no alcanza con abrigarse bien: lo que comemos también juega un papel clave en cómo el cuerpo enfrenta las bajas temperaturas. A través de un proceso llamado termogénesis, el organismo genera calor al digerir ciertos alimentos, especialmente aquellos ricos en grasas saludables, proteínas y carbohidratos complejos.
La avena, por ejemplo, libera energía de forma gradual, lo que la vuelve ideal para arrancar el día con un desayuno que mantenga el cuerpo templado por horas. En muchas casas argentinas, reemplaza con éxito al pan o a las galletitas industriales, sumando fibra y saciedad.
Las sopas y guisos también son aliados clave del invierno. Lentejas, garbanzos, porotos y cereales como el arroz integral o la cebada aportan energía sostenida y colaboran en elevar la temperatura corporal. A eso se suman las carnes rojas magras y el pollo, que ofrecen proteínas de alto valor biológico esenciales para este proceso.
Además, hay ingredientes que activan la circulación y generan calor desde adentro. Entre ellos, el jengibre y el ají picante destacan por su efecto vasodilatador. El gingerol (presente en el jengibre) y la capsaicina (responsable del picor del ají) aumentan el flujo sanguíneo y ayudan a contrarrestar el frío. Aunque en Asia se recurre al daikon o al miso, en nuestras mesas no faltan variantes locales como el puchero con repollo, la sopa de zapallo o el clásico locro, que combinan legumbres, verduras de estación y cortes de carne grasa.
Desde el Hospital El Cruce, en Florencio Varela, advierten que “el aire seco y los ambientes calefaccionados tienden a deshidratar más de lo que se percibe”, por lo que se recomienda mantener una buena hidratación incluso sin sentir sed. Las infusiones sin cafeína —como los tés de hierbas, el mate cocido o el té de jengibre con limón— y los caldos caseros (en especial los de huesos) son opciones eficaces para retener calor sin sumar cafeína ni azúcares vacíos.
Además de cuidar el abrigo, elegir bien lo que se pone en el plato puede ser la diferencia entre un invierno soportable y uno difícil de atravesar. Porque en tiempos de frío, también se come para entrar en calor.