Los 5 hábitos diarios que incorporan las personas que se mantienen físicamente en forma a medida que envejecen
No hay fórmulas mágicas para llegar a una edad avanzada en buen estado físico, todo se trata de incorporar hábitos simples y saludables a diario. Conocé cuáles son
Existe la percepción generalizada de que mantener la aptitud física a medida que se envejece requiere rutinas de ejercicio extremas, pero esa no es toda la verdad. Mantenerse en forma, especialmente a medida que se llega a la vejez, consiste más bien en adoptar ciertos hábitos diarios a lo largo del tiempo.
Se trata de tomar decisiones inteligentes y fundamentales todos los días que contribuyan al bienestar general. ¿Y la buena noticia? Se puede lograrlo sin ser un fanático del gimnasio.
Los 5 hábitos diarios que incorporan las personas para mantenerse en el peso correcto durante la vejezEstos cinco hábitos diarios, para nada complejos, adoptaron quienes se mantienen en forma hasta la vejez, sin depender demasiado del ejercicio. No se trata de fórmulas mágicas, sino en establecer una planificación adecuada de rutinas.
1) La consistencia es claveLa aptitud física no consiste en realizar sesiones esporádicas de ejercicio intenso, sino en ser constante. Aquellos que se mantienen en forma a medida que envejecen tienen un secreto: hicieron de su salud una parte no negociable de sus rutinas diarias.
Puede ser algo tan sencillo como pasear al perro todos los días, elegir las escaleras en lugar del ascensor o incluso bailar mientras se prepara la cena. Las actividades en sí pueden variar, pero la clave es que se realicen de forma constante.
Esto no significa que tengas que seguir un régimen estricto que no deje lugar a la flexibilidad, sino que se trata de incorporar la actividad física a tu rutina de una manera que te resulte natural y sostenible. Lo que importa no es lo que haces de vez en cuando, sino lo que haces cada día, lo que suma a largo plazo.
2) La hidratación es una prioridadA menudo se pasa por alto una buena hidratación cuando se trata de estar en forma, pero es fundamental. A medida que envejecemos, la capacidad de nuestro cuerpo para conservar agua disminuye, por lo que la hidratación es aún más importante.
Durante el día, tener una botella de agua a mano y tomar sorbos con regularidad. Incluso cuando no haya sed, hay que asegurarse de mantenerse hidratado.
Este hábito puede parecer insignificante, pero desempeña un papel importante para mantenerse en forma y saludable. Ayuda a regular la temperatura corporal, mantiene lubricadas las articulaciones y favorece la digestión.
3) Priorizar un buen descansoEl sueño es la forma natural que tiene el cuerpo de repararse y rejuvenecerse. Quienes mantienen su forma física hasta la vejez comprenden la importancia de una buena noche de sueño.
La falta de sueño se relaciona con el aumento de peso, la disminución de la concentración y el deterioro de la función inmunitaria. Por otro lado, un sueño de calidad favorece la recuperación muscular, mejora la memoria e incluso ayuda a mantener sano el corazón.
Curiosamente, la National Sleep Foundation recomienda que los adultos duerman entre 7 y 9 horas por noche. Sin embargo, no se trata solo de cantidad: la calidad también importa.
4) Una dieta equilibrada no es negociableLa aptitud física no se trata sólo de la actividad física, también se trata de lo que se come. Quienes se mantienen en forma a medida que envejecen, a menudo optan por una dieta equilibrada que aporta a su cuerpo los nutrientes adecuados. Evitan las dietas extremas y, en su lugar, hacen de la alimentación saludable un estilo de vida.
Entienden que su dieta debe incluir una combinación de proteínas, carbohidratos y grasas. También conocen la importancia de la fibra, las vitaminas y los minerales para la salud y el bienestar general.
5) Escuchan a sus cuerposOtro hábito clave de quienes quieren mantenerse en forma hasta bien entrada la edad es escuchar al cuerpo. Nuestros cuerpos son increíblemente inteligentes y a menudo nos envían señales cuando algo no está bien. Puede ser un dolor persistente, fatiga frecuente o incluso cambios en el apetito o en los patrones de sueño.
Quienes se mantienen en forma prestan atención a estas señales. Entienden que soportar el dolor o ignorar las necesidades del cuerpo puede provocar lesiones o agotamiento.