El verano trae días soleados que invitan a relajarse, pero también puede ser un desafío para quienes quieren mantener su rutina de ejercicios. Las altas temperaturas y el agotamiento que generan suelen ser excusas para evitar el entrenamiento, pero no es necesario renunciar a la actividad física en esta temporada.

Con algunos ajustes en los hábitos y horarios, es posible mantenerse activo, aprovechar los beneficios del ejercicio y, al mismo tiempo, proteger tu salud. Desde elegir el mejor momento del día para entrenar hasta adaptar la intensidad, son decisiones pueden marcar una gran diferencia.

5 consejos para hacer actividad física en verano y no sufrir el calor

Es común que el calor del verano haga sentir más pesado el cuerpo y con menos energía para moverse. Sin embargo, la clave está en planificar el entrenamiento con estas recomendaciones:

Optar por horarios frescos: los expertos recomiendan entrenar bien temprano en la mañana, entre las 6 y las 9, o después de las 18 horas, cuando el sol ya no está tan fuerte.

Buscar lugares frescos: si se prefiere espacios al aire libre, elegir especialmente lugares con sombra, como parques con muchos árboles. Alternativamente, también se pueden considerar actividades en interiores, como gimnasios con aire acondicionado.

Hidratación constante: tomar agua es fundamental antes, durante y después del ejercicio para evitar deshidratación. Si tu actividad es intensa o prolongada, las bebidas isotónicas pueden ser útiles para reponer sales minerales.

Vestirse adecuadamente: usar ropa transpirable y de colores claros que ayuden a mantener la frescura.

Protege tu piel: el protector solar es esencial, incluso en horarios con menos sol. Además, es recomendable cubrir la cabeza y el rostro con viseras.

Establecer una rutina diaria en estos horarios puede contribuir a superar la pereza y hacer del ejercicio un hábito, incluso en los días más calurosos.

Ejercicio con beneficios adicionales en verano

A pesar de los desafíos, el ejercicio en verano tiene ventajas únicas, la exposición moderada al sol, en los horarios recomendados, favorece la síntesis de vitamina D, esencial para la salud ósea. Además, las actividades al aire libre pueden ser una oportunidad para disfrutar del contacto con la naturaleza, algo que también beneficia el bienestar emocional.