Coleccionistas de naufragios: subastan una carta sobre el Titanic y un barco hundido
El vigente interés por objetos relacionados con tragedias marítimas continúa impulsando la venta de peculiares lotes
Ante el vigente interés por la adquisición de piezas que forman parte de la arqueología marina, las subastas de objetos relacionados con naufragios históricos cada vez convocan más compradores y curiosos. En ese marco, recientemente se llevaron a cabo dos ventas bastante peculiares.
"Es un hermoso barco, pero esperaré a que termine mi viaje antes de juzgarlo", escribió Archibald Gracie, quien el 10 de abril de 1912 abordó el Titanic en Southampton y, con justa razón, se mostró partidario de no precipitar conclusiones en la misiva que le escribió a un amigo en su camarote de primera clase mientras la tripulación preparaba el barco para su viaje inaugural. Aquella reflexión fue profética: pocos días después, el barco chocó contra un iceberg y se hundió. Gracie sobrevivió y escribió un libro relatando su experiencia.
Hace diez días, según informó la revista del Smithsonian, la carta escrita Gracie encontró un nuevo dueño: se vendió por aproximadamente USD399.000 durante una subasta organizada por Henry Aldridge and Son en Wiltshire, Inglaterra.
"Las historias de esos hombres, mujeres y niños se cuentan a través de los recuerdos y esos recuerdos se mantienen vivos a través de esos artículos", planteó el subastador Andrew Aldridge. Si bien la casa de subastas no reveló la identidad del comprador se pudo saber que el vendedor es descendiente de AP Brooks, destinatario de la carta. Brooks era embajador europeo y la recibió en el Hotel Waldorf de Londres, según consta en el lote .
La carta tenía matasellos del 11 de abril en Queenstown, Irlanda, una de las dos escalas que realizó el barco antes de hundirse. También tenía matasellos de Londres. El membrete llevaba el logotipo de la White Star Line, la compañía propietaria del Titanic, y la frase "A bordo del RMS Titanic ".
Gracie fue uno de los más famosos sobrevivientes del naufragio, en parte porque compartió su historia al escribir La verdad sobre el Titanic. Se sabe que pasó la mayor parte del viaje acompañando a varias mujeres que viajaban solas. También leyó libros en la biblioteca, charló sobre la Guerra de Secesión con un compañero de viaje, nadó en la piscina del barco y hasta jugó al squash, de acuerdo con lo consignado por la casa de subastas.
El 14 de abril, cuando se desató la tragedia, acompañó a sus amigas hasta la cubierta y luego hasta los botes salvavidas. Gracie se quedó para ayudar a otras mujeres y niños y poco después fue arrastrado por las olas. Logró salir a la superficie y subirse a un bote plegable volcado junto con varias docenas de personas. Pasó la noche en el bote salvavidas, en la gélida oscuridad. Muchos de los hombres que habían llegado inicialmente al barco no lograron pasar la noche, según relató Gracie.
El sueño del naufragio propioMás extremo es el reciente caso de un hombre que siempre soñó con tener un naufragio y lo terminó comprando en Facebook Marketplace por USD400.
El buceador aficionado Dom Robinson pasaó las últimas tres décadas explorando naufragios, por lo que, cuando vio uno a la venta, no dudó en aprovechar la oportunidad de adquirir un trozo de historia. Se trata de SS Almond Branch, un carguero que estuvo 58 metros bajo la superficie del canal de la Mancha desde la Primera Guerra Mundial. A pesar de que aseguró que no espera encontrar tesoros valiosos, Robinson confesó que "la única razón real para comprarlo fue presumir".