La llegada del 2025 es inminente. Con la sensación de abrir un nuevo libro, aparece la necesidad de motivar cambios que renueven la energía para la próxima aventura, que estará llena de nuevas oportunidades y objetivos por cumplir.

Hay distintos rituales de Año Nuevo según el país y las creencias religiosas. Sin embargo, hay uno que nunca falla: la limpieza general del hogar.

Así como el Feng Shui recomienda distribuir el mobiliario y el tipo de colores que se usan en una habitación para que las buenas vibras circulen con mayor facilidad, la limpieza general permite empezar un nuevo capítulo con otro aire, que contribuya con la salud mental.

Deshacerse de lo viejo y en desuso, despejar el desorden y estimular los espacios más utilizados en el día a día. Se trata de una tarea intensa, pero que puede ayudar a reducir el estrés, mejorar la concentración, promover el buen estado de ánimo y, sobre todo, generar paz interior gracias a la sensación de comodidad con el espacio que se habita.

Ritual de Año Nuevo

La limpieza general puede incluir:

Ropa: una de las ideas más comunes y necesarias es la de renovar el armario. Muchas veces hay grandes cantidades de ropa que no se utilizan por repetir siempre las mismas prendas, casi sin darnos cuenta. Abrir la puerta e inspeccionar el qué hay allí es una buena opción para comenzar. 

Decoraciones antiguas: como el jarrón de la abuela o el cuadro que está colgado en la pared hace muchos años, hay algunos artículos que ya no hay más ganas de verlos devuelta. Otros, en cambio, ocupan espacio innecesario y generalmente no vuelven a utilizarse. Renovarlos es una excelente idea para transformar el espacio y la energía del lugar.

Juguetes en desuso: chequear qué juguetes se usan y cuáles no, y cuáles están rotos. También se pueden donar y reemplazarlos por otros.

Utensilios de cocina: muchas veces abrimos el cajón y encontramos una buena cantidad de utensilios que usamos dos o tres veces al año, como aquellos que son la herramienta fundamental para hacer la torta de cumpleaños. Despejarlos del día a día es una buena idea, para eso se puede pensar una organización más eficiente para los artículos que realmente se usan diariamente.

Espacios diarios: más allá de los pequeños detalles que realmente hacen la diferencia, el cambio real está en los lugares que se usan todos los días. Sea el dormitorio o el espacio de trabajo, son rincones en los que uno pasa la mayor cantidad de tiempo y generar armonía en ellos promueve el bienestar mental porque da una sensación de frescura y renovación. 

Para este tipo de casos, es bueno despejar el ambiente de elementos innecesarios y así evitar la sobrecarga. También se pueden incluir cosas que hagan mentalmente bien, como fotografías, flores y aromas especiales.