Vacaciones: siete consejos para que los niños se mantengan activos y coman mejor
El gran desafío de limitar el uso de las pantallas en el verano
Los niños pueden pasar horas frente a la tablet o el celular de los adultos mirando videos o tienen jornadas de trasnoche jugando en línea con ciberamigos y desconocidos, se despiertan recién para almorzar y después están toda la tarde echados en el sillón, una actualidad diferente a cuando iban a las colonias de verano o pasaban las tardes en una plaza o hacían juntadas con amigos al aire libre.
Una encuesta reciente llevada a cabo en la Ciudad de Buenos Aires, 4 de cada 10 padres afirmaron que sus hijos utilizan dispositivos electrónicos entre 2 y 5 horas por día y casi un cuarto (23,4%) sostuvo que sus hijos las utilizan más de 5 horas por día.
El inicio de las vacaciones de verano de los más chicos representa desafíos para conservar rutinas, afianzar o desarrollar patrones de alimentación, promover vida al aire libre y reducir el tiempo de exposición a las pantallas. Sobre este tema reflexionaron expertos en Nutrición consultados por la agencia NA y compartieron una serie de recomendaciones:
1. Alimentación variada y equilibrada. Incluir alimentos distintos de todos los grupos asegura un correcto aporte de nutrientes y también ayuda a desarrollar un paladar amplio y aceptación de nuevos sabores. La alimentación en la infancia tiene que priorizar alimentos de alta densidad nutricional e incluir variedad de frutas y verduras, legumbres, carnes magras (vaca, cerdo y pescado), lácteos (priorizando los fermentados, como el yogur), cereales enteros o integrales, bebidas sin azúcar -preferentemente agua- y dejar para ocasiones especiales aquellas opciones elevadas en nutrientes críticos (sodio, azúcar y grasas saturadas), como golosinas, helados o galletitas dulces.
2. Rutinas alimentarias. Desde pequeños, se recomienda realizar comidas en horarios regulares, compartir en familia la mayor cantidad de comidas posible y evitar distracciones como pantallas.
3. Vida activa y tiempo al aire libre. El sedentarismo es otro desafío de la era moderna. Además, el juego es un derecho innato. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos una hora diaria de actividad física para niños, niñas y adolescentes. Las infancias activas promueven salud, fortalecen el crecimiento, el desarrollo y cultivan el bienestar integral.
4. Dar ejemplos saludables. Los niños aprenden por imitación, por lo que los adultos tienen un rol clave en la formación de hábitos saludables. Los hábitos de los adultos -voluntariamente o no- son un espejo directo para los más chicos.
5. Planificación y participación: involucrar a los niños en la compra y la preparación de las comidas fomenta la curiosidad y el aprendizaje sobre alimentos.
6. Evitar la utilización de alimentos como premios o castigos,
7. Promover espacios sin tecnología: momentos de desconexión favorecen una comunicación más fluida y centrada.