El calor que se construye: cinco estufas artesanales que desafían al invierno

En zonas rurales o en hogares que buscan eficiencia y bajo impacto ambiental, crecen las estufas que se levantan en obra. Tipos, materiales y dónde se usan, en esta guía con agenda

BAE Negocios

En plena ola polar, muchas familias se alejan de los equipos eléctricos o a gas y optan por estufas construidas con sus propias manos. De la clásica estufa rusa a las adaptaciones con barro y adobes serranos, los modelos que combinan eficiencia, sustentabilidad y bajo costo se multiplican en distintas regiones del país.

A continuación, una guía con cinco tipos de estufas que no se compran, se construyen.

 

1. Estufa rusa: el gigante de ladrillo que calienta por 24 horas

Originaria del este europeo, la estufa rusa funciona como un sistema de calefacción central: el calor de una pequeña combustión circula por un laberinto interno de ladrillos refractarios, que lo retienen y lo irradian por muchas horas. Su eficiencia es alta, y su consumo de leña, mínimo.

Materiales más usados: ladrillos refractarios, barro, cemento, hierro para compuertas, vidrio térmico.

Recomendaciones de construcción: se recomienda planificarla desde el inicio de la vivienda, ya que requiere una base sólida, espacio central y cálculos térmicos específicos. Agregarla después es posible, pero implica una obra de gran escala.

Zonas donde se usa: sur de Córdoba, Patagonia (Bariloche, El Bolsón, Lago Puelo), parte de Cuyo y comunidades rurales del NOA.

 

2. Estufa rocket: la llama eficiente que se hace banco

Inspirada en principios similares a la rusa, la estufa rocket tiene una cámara de combustión vertical donde se concentra la llama. El calor se canaliza por un banco de barro o un ducto bajo una superficie térmica, que irradia lentamente durante horas.

Materiales más usados: tambor metálico reciclado, ladrillos comunes, barro con arena y paja, caños galvanizados o de acero inoxidable.

Recomendaciones de construcción: puede agregarse luego de construida la casa, siempre que se respete la ventilación adecuada y el peso sobre el piso. Ideal para anexos, quinchos o ambientes con buena aislación térmica.

Zonas donde se usa: Sierra de los Comechingones, Valle de Calamuchita, Traslasierra, alrededores de San Marcos Sierras, El Hoyo, El Bolsón.

 

3. Estufa de barro tipo chilena: tradición andina con doble cámara

 

Este modelo, también conocido como estufa tipo Kelly, se construye con barro y ladrillo crudo, a veces combinados con piedra. Puede incluir horno y cámara de combustión, con una salida de humos que recorre la estructura para conservar el calor.

Materiales más usados: adobe, barro estabilizado con arena o bosta, ladrillos comunes, caños de humo, vidrio templado.

Recomendaciones de construcción: puede construirse luego, aunque se recomienda preverla si la casa es de barro o adobe. La integración con muros internos mejora su rendimiento.

Zonas donde se usa: norte de Mendoza, San Juan rural, Catamarca, Jujuy y comunidades que siguen técnicas de construcción tradicional.

 

4. Cama caliente o banco térmico: dormir sobre el calor

Inspirada en modelos asiáticos, como las kangs chinas o coreanas, esta estufa permite canalizar el calor por debajo de una cama o banco de barro. Aporta un sistema de calefacción radiante, ideal para noches frías y viviendas sin electricidad.

Materiales más usados: barro, piedra, ladrillo, caños metálicos, hierro reciclado.

Recomendaciones de construcción: conviene diseñarla desde el inicio de la obra, ya que forma parte del mobiliario estructural y su peso es considerable. No es práctica de agregar en casas ya construidas.

Zonas donde se usa: comunidades indígenas del NOA, ecoaldeas en Patagonia y experiencias de bioconstrucción en Buenos Aires y Entre Ríos.

5. Estufas híbridas: cocinar y calefaccionar con un solo fuego

Suelen partir de un horno de barro tradicional, al que se le suman canales de calor o un sistema de doble cámara que permite calentar también los ambientes. Son versátiles y funcionales para quienes cocinan a leña todos los días.

Materiales más usados: barro, ladrillos, acero para hornallas, hierro para puertas, caños de escape térmico.

Recomendaciones de construcción: pueden agregarse luego, especialmente en cocinas externas o en zonas de uso intensivo. Integrarlas al diseño inicial mejora el rendimiento y facilita el aprovechamiento del calor.

Zonas donde se usa: zonas rurales de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Pampa y espacios agroecológicos del Litoral.

En tiempos donde el costo de la energía sube y las temperaturas bajan, las estufas que se construyen con las manos propias, el barro del terreno y saberes compartidos marcan una agenda de resistencia y eficiencia que vuelve a prender en todo el país.

Errores comunes al construir estufas artesanales

Aunque estas estufas ofrecen una solución eficiente y ecológica, una mala ejecución puede generar pérdida de calor, humo en el ambiente o incluso riesgos estructurales. Estos son algunos errores frecuentes:

  • Ignorar el peso estructural: muchas estufas (como la rusa o la cama caliente) requieren bases reforzadas. Si no se calcula bien, pueden agrietar pisos o muros.
  • Diseñar sin salida de humos adecuada: un caño mal ubicado o sin tiraje suficiente genera humo interior y baja eficiencia.
  • Usar materiales inadecuados: ladrillos comunes o barro sin estabilizar pueden fisurarse con el calor. En zonas húmedas, se recomienda reforzar con cal o cemento.
  • Sobredimensionar la estufa: una estructura muy grande en un ambiente chico puede volverlo inhabitable por exceso de temperatura.
  • Descuidar la aislación térmica de la casa: sin buenos cerramientos, el calor se pierde rápido y la estufa no alcanza su rendimiento óptimo.

 

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