El viaje al espacio del actor de Star Trek que rompió un récord y una barrera

A los 90 años, el Capitán Kirk de la ficción se convirtió en un astronauta real, marcando un hito que visibiliza el auge de un negocio multimillonario y plantea preguntas sobre su exclusividad y propósito.

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El 13 de octubre de 2021, el actor William Shatner, inmortalizado como el Capitán Kirk en Star Trek, cruzó la última frontera a bordo de una cápsula de Blue Origin. A sus 90 años, se convirtió en la persona más longeva en viajar al espacio, un Récord Guinness que trasciende la anécdota para simbolizar el nacimiento de una nueva industria: el turismo espacial.

El viaje fue breve, apenas 11 minutos, pero la experiencia, según el propio Shatner, fue transformadora. Su participación no fue pagada; fue una estrategia de marketing de Jeff Bezos para dar legitimidad y un rostro reconocible a sus ambiciones espaciales.

 

El negocio de los viajes suborbitales

La hazaña de Shatner es la cara visible de una feroz competencia entre multimillonarios (Jeff Bezos, Elon Musk y Richard Branson) por dominar el mercado del turismo espacial. Este sector, según un informe del banco UBS, podría convertirse en un negocio de 3.000 millones de dólares anuales para 2030. Los factores que impulsan este mercado son:

  • Exclusividad: Billetes que cuestan desde 250.000 hasta millones de dólares.
  • Tecnología reutilizable: Cohetes como los de Blue Origin y SpaceX reducen drásticamente los costos operativos.
  • Demanda de experiencias: Una nueva clase de ultra ricos busca experiencias únicas e irrepetibles.
¿Un sueño para pocos o un avance para todos?

El auge del turismo espacial no está exento de críticas. Expertos en ética y medio ambiente señalan varios puntos de controversia:

  • Impacto ambiental: La huella de carbono de cada lanzamiento es significativamente alta.
  • Desigualdad: Se lo critica por ser un "patio de recreo para millonarios" mientras persisten problemas en la Tierra.
  • Propósito científico: El debate se centra en si estos vuelos tienen un valor real para la ciencia o son puramente recreativos.

Defensores de la industria, por su parte, argumentan que es un paso necesario para desarrollar tecnologías que, a largo plazo, podrían beneficiar a toda la humanidad. El récord de Shatner, por lo tanto, nos deja flotando en una pregunta: ¿es el inicio de una nueva era de exploración democrática o la máxima expresión de la desigualdad?

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