ECONOMÍA REAL

La Inteligencia Artificial y la ecuación del talento

La nueva "economía del talento" busca descubrir y cultivar capacidades excepcionales desde la juventud

Ruchir Agarwal y Patrick Gaule

La historia nos enseña que una persona extraordinaria es capaz de transformar todo un campo, con ejemplo que van desde Albert Einstein y los avances que allanaron el camino hacia la energía nuclear hasta Jonas Salk y la creación de la vacuna contra la polio

A nivel más amplio, la distribución del talento puede estimular el crecimiento económico, como argumenta el economista William Baumol en su estudio del emprendimiento productivo e improductivo. Kevin Murphy, Andrei Shleifer y Robert Vishny muestran que el crecimiento depende de la distribución del talento. Las naciones prosperan cuando las mentes más brillantes se vuelcan a la investigación, a la ingeniería y a la empresa y no cuando buscan formas de manipular el sistema tanto financiero como jurídico.

Pero primero es necesario descubrir y desarrollar el talento, un ámbito al que los economistas tradicionalmente no le prestan tanta atención. Ese punto ciego significa que no sabemos qué políticas pueden ayudar a las personas prometedoras a explotar todo su potencial. Incluso en los países con más altos ingresos, los exámenes estandarizados y los rígidos programas de estudios pueden relegar a los pensadores extraordinarios.

En ese marco, abundan los casos de niños precoces excluidos por ser “diferentes” o de familias en zonas aisladas que ni siquiera saben que existen recursos educativos avanzados. Los estudios psicológicos también revelan que algunas personas muestra  un talento desde muy temprana edad, pero que esa llama puede apagarse si no cuentan con una guía especializada, estímulos intelectuales y grupos de pares que los apoyen.

Si bien existe también la comprensible preocupación de no caer en el elitismo al centrarse en grupos pequeños, las políticas globales no riñen necesariamente con los programas focalizados. 

De la misma manera en que construir un campo de fútbol en cada vecindario facilita la tarea de encontrar al próximo Pelé, la inversión en bienes públicos como la educación y la atención de la salud mejora las perspectivas económicas de todos.

Un apoyo orientado específicamente a jóvenes genios puede servir como complemento y facilitar enormes avances a un costo relativamente bajo, garantizando que las mentes con un potencial extraordinario no pasen inadvertidas ni terminen desperdiciadas. Como nos lo recuerda el caso de Ramanujan, si se queda por el camino un solo genio, la sociedad podría estar sacrificando la transformación de una disciplina entera.
 

Lo que sabemos


No hay dudas de que el talento tiende a manifestarse en la adolescencia, o incluso antes, como lo demuestran los ganadores de una de las distinciones matemáticas más reconocidas. La mitad de los ganadores de la Medalla Fields ya habían competido en la Olimpíada Internacional de Matemática (IMO), donde concursan unos pocos cientos de alumnos de nivel secundario.

También está clara la importancia de un entorno propicio. Accediendo a mentorías, contando con apoyo financiero y relacionándose con sus pares, un prodigio aislado puede transformarse en un generador de innovación. El economista Alex Bell y sus colegas lograron demostrar que los hijos de titulares de patentes también suelen convertirse en inventores.

Nuestro propio estudio muestra que los ganadores de la IMO procedentes de países de ingreso bajo tienen menos probabilidades de producir estudios influyentes, debido quizás a la falta de acceso a las grandes universidades o, en términos generales, de apoyo institucional y redes internacionales. Esto hace pensar que ni siquiera basta con una sólida capacidad natural en la juventud si se interponen obstáculos financieros y geográficos.

Y está claro que, al momento de descubrir talento en el mundo entero, persisten graves deficiencias. Aunque alrededor del 90% de los jóvenes vive en economías en desarrollo, los ganadores del Premio Nobel de Química, de Física y de Biología proceden principalmente de Estados Unidos, Europa y Japón.

 

* Investigador en la Escuela Kennedy de Harvard y cofundador de Global Talent Network
** Cofundador del Global Talent Fund y profesor adjunto de economía en la Universidad de Bristol 

Articulo completo en F&D Finanzas y Desarrollo del Fondo Monetario Internacional 

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