Por falta de presupuesto, la Facultad de Medicina de la UBA cortó la luz en áreas comunes
Pasillos a oscuras, ascensores solo para algunos y calderas apagadas. La UBA tiene recursos para funcionar hasta mayo y emitió pautas para “mitigar el crecimiento del gasto”
La oscuridad de este martes sorprendió a los estudiantes de la Facultad de Medicina, que se vieron afectados por una de las varias medidas de austeridad que estableció la Universidad de Buenos Aires (UBA), que decidió cortar el suministro de luz y energía en áreas comunes y aulas que presenten luz natural.
Luego de declararse en emergencia presupuestaria la semana pasada debido al recorte en la educación que impulsó el gobierno de Javier Milei, la UBA emitió pautas para “mitigar el crecimiento del gasto”.
“Apagado de iluminación en aulas y oficinas iluminadas naturalmente y en espacios comunes de circulación durante el período diurno y hasta 30 minutos antes del comienzo de la actividad académica del día y 30 minutos posteriores a su finalización”, sostiene la resolución ante la situación crítica que atraviesa la universidad pública.
No fue la única sorpresa que se llevaron los jóvenes: los ascensores del edificio, que tiene 17 pisos, están reservados para el uso de personas con movilidad reducida y casos de asistencia o emergencia.
La UBA advirtió que solo podrá funcionar hasta mitad de año. "Los cálculos que hacemos nos dan unos dos o tres meses más. Hasta mayo o junio podemos funcionar con muchos recaudos y cuidando el dinero", aseguró el rector de la casa de altos estudios, Ricardo Gelpi.
Según el informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) las universidades nacionales quedaron "frente a una situación económica crítica". "El Gobierno nacional ejecutó un 30% menos del gasto total en términos reales en comparación con el mismo período de 2023. Sin embargo, la reducción en las políticas universitarias fue aún mayor, alcanzando el 34,4%", señaló ACIJ.
En este marco, la periodista y licenciada en Letras de la UBA, Andrea Recúpero, compartió en su perfil de X (antes Twitter), un video donde muestra la medida que tomó la casa de altos estudios "ante la millonaria factura de luz que llegó y que no se puede pagar".
Además, en otra publicación señaló que la institución, a través de una resolución, informó que "ya no se encenderá la caldera que calefacciona toda la facultad y tampoco se permitirá el uso de aires acondicionados".
El Hospital de Clínicas, que depende de la UBA, alertó por la misma situación presupuestaría, y convocó a un abrazo simbólico para el próximo jueves por la mañana.
- No utilización de los servicios de acondicionamiento de aire (frío - calor) en los edificios de la Universidad, con excepción de los hospitales universitarios para la atención de pacientes y del acondicionamiento necesario para el correcto funcionamiento de equipos y la infraestructura tecnológica.
- No utilización de los servicios de gas en las calderas en los edificios de la Universidad, con excepción de los hospitales universitarios para la atención de pacientes y del acondicionamiento necesario para el correcto funcionamiento de equipos y la infraestructura tecnológica.
- Las convocatorias realizadas para los programas de investigación, ciencia y técnica y extensión universitaria estarán supeditados a la efectiva disponibilidad de presupuesto para poder ser afrontadas.
- Las acciones vinculadas por el Programa UBA en Acción estarán limitadas a las financiadas por organismos externos a la UBA y/o aportes privados.
La Universidad de Buenos Aires (UBA) cuenta en 2024 con el mismo presupuesto nominal que se le asignó en septiembre de 2022 para funcionar durante todo 2023. Las autoridades y la comunidad universitaria aseguran que, con alrededor de 300% de inflación acumulada entre que se estableció el presupuesto para 2023 y estos días en los que hay que hacerlo rendir, la plata alcanza hasta mayo. “Ni un día más”, repite la comunidad.
El decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, Guillermo Durán, alertó que con el presupuesto actual, la casa de altos estudios no "da para funcionar mucho más" que "hasta mitad de año”.
"La situación es superpreocupante, dramática. En el caso de la UBA, los servicios los paga el rectorado de la UBA. Las universidades públicas son reconocidas en el mundo", indicó en declaraciones radiales.
Durán explicó que si bien el Gobierno anunció un incremento del 70%, la Facultad de Ciencias Exactas está "muy lejos de funcionar de forma razonable". "En lo salarial, en los últimos cuatro meses, hay una inflación del 90% con reajustes salariales del 30%. El año pasado los salarios acompañaron la inflación”, remarcó.