¿Por qué se comen huevos de chocolate en Pascuas de Semana Santa?
El Domingo de Resurrección es una fecha especial para regalar y comer estas piezas de chocolate decorado, pero es una tradición de muchos siglos que, en sus inicios, no tenía nada que ver con la religión. Cómo comenzó y de qué forma llegó a la Argentina una costumbre vinculada con el clima europeo
Los huevos de chocolate son los elegidos para el festejo de Pascua. Diversos colores, con o sin decoración, con sorpresas o rellenos, y este último tiempo también se pusieron de moda los medio huevo rellenos; son una gran forma de mostrar cariño a los seres queridos durante las reuniones del Domingo de Resurreción. Pero, ¿cómo nace esta costumbre?
El hecho de regalar huevos de chocolate comenzó en Europa, y es una tradición de hace muchos años. En un comienzo, estos regalos no estaban relacionados con la religión, pero los católicos le dieron un especial significado en Pascuas, por lo que en Semana Santa se transformó en un elemento imprescindible.
Huevo de Pascua en Semana SantaLas tres claves principales para poder comprender la tradición de los huevos de Pascua en Semana Santa son: la importancia del paso del invierno a la primavera en los países europeos del hemisferio norte, la resurrección de Jesús, y la prohibición de comer carne durante los cuarenta días de Cuaresma en la religión cristiana.
Regalar huevos de pascuas ¿Por qué?
Según la historia, se cree que el origen de la tradición de comer huevos, se debe a la finalización del invierno en el hemisferio norte, y todo comenzó en la Edad de Hielo. La tradición se daba una vez finalizada la época de mayor frío, y cuando apenas quedaban provisiones, al comenzar la primavera volvían las aves desde el sur y ponían huevos, de los que los humanos se podían alimentar hasta que pudieran volver a cazar con la llegada de mejores temperaturas.
Pasado unos años, en la edad media, los huevos eran considerados carne, por lo que no se podían comer durante la Cuaresma de los católicos. Sin embargo, las gallinas seguían poniendo sus huevos durante ese lapso de cuarenta días.
Debido a estas limitaciones, los huevos se conservaban cocidos o recubiertos con una fina capa de cera, y se consumían al terminar la Cuaresma, en el día de Pascua. La finalización del duro invierno era una fiesta en sí misma, por lo que se solían regalar los huevos conservados, muchas veces decorados.
Significado religioso en Semana Santa de regalar huevosRegalar huevos al inicio de la primavera en Europa ya era algo común, pero los católicos le dieron una vuelta de tuerca para añadir el significado religioso. En el hemisferio norte se considera que el huevo representa la "vida nueva", debido al comienzo de la primavera por estas fechas, y el haber sobrevido el invierno, sumado al vínculo que tiene con la fertilidad. En países del hemisferio sur, donde es otoño, este significado pierde un poco su sentido.
Los huevos representan una "vida nueva", al igual que la palabra Pascua, por lo que los católicos lo vincularon a la resurrección de Jesús al tercer día de su muerte. Según los relatos de La Biblia, Jesús murió crucificado en Viernes Santo y volvió a la vida en el Domingo de Resurrección. Por eso, el domingo de Pascuas se regalan huevos.
Europa, al llevar su cultura al continente americano con la colonización, inculcó también estas tradiciones que, aunque no coincidan del todo con el clima en el hemisferio sur, quedaron muy arraigadas, como también puede serlo el abrigado Papá Noel de Navidad que, en el caso de Argentina, cae en pleno verano.
Huevos de chocolate en Semana SantaTradicionalmente, en Pascua se regalaban huevos reales decorados. Los huevos de chocolate son una innovación relativamente reciente. Comenzó a principios del siglo XIX en Francia y Alemania principalmente, y se trataba de huevos macizos, ya que la técnica para hacer los huevos huecos no estaba desarrollada. Cada huevo era decorado con más chocolate o con flores de azúcar.
La innovación tecnológica de los siglos XIX y XX perfeccionó la chocolatería y la repostería en general, y permitió que los huevos de pascua se puedan hacer de forma masiva y se vuelvan populares en todo el mundo.
Aún así, en muchos países todavía se usan huevos reales para celebrar las Pascuas. En Estados Unidos es común decorarlos, esconderlos y organizar "búsquedas del tesoro" para los más chicos.