Alonso, Quantumania y Majors: tres enormes problemas para la hasta ayer exitosa Marvel
Marvel, productora millonaria por sus películas de la franquicia Avengers, atraviesa un periodo con problemas debido a la poca recaudación de Ant-Man, su último estreno, y el despido de la argentina Victoria Alonso
Son tiempos difíciles para Marvel. En las últimas semanas, varios hechos transformaron lo que era el estudio cinematográfico y audiovisual más exitoso del nuevo siglo en un mar de problemas y preguntas, no todas ellas de fácil respuesta. Algunas de esas cuestiones están concatenadas y requieren verse desde otra perspectiva que no sea la de las noticias o los cuestionamientos epidérmicos. Otras son directamente un balde de agua fría.
Primero, las encadenadas: el mal resultado en taquilla de Ant-Man and the Wasp: Quantumania y el despido de Victoria Alonso. La excusa para la expulsión de la ejecutiva argentina fue que no pidió permiso para producir Argentina, 1985, lo que en sí implica una ruptura del contrato con Disney que le impide a sus ejecutivos, especialmente los de alto nivel, colaborar con estudios competidores (Argentina, 1985 es de Amazon). En defensa de Alonso se cita en los medios su carácter de ser la ejecutiva latina (y además abiertamente gay) en abogar con más fuerza por la representación de minorías. Incluso en ciertos medios se habla de sus críticas a Bob Chapek, ex CEO de Disney, cuando el affaire "Don't say gay" en Florida. Ninguna de esas dos características justifica lo más sagrado en el negocio estadounidense: romper un contrato.
Pero las cosas son más complejas. El trabajo de Alonso en Marvel era la producción física y la supervisión de los efectos especiales de películas realizadas, básicamente, con efectos especiales. Y ese es el punto más criticado de las últimas producciones de la firma, especialmente de Quantumania, que no va a llegar a superar la cota Marvel (sin pandemia, aclaremos) de USD500 millones de recaudación global, cuando además debería recaudar USD600 millones para alcanzar un punto de equilibrio. Por lo demás, los FX entraron en crisis con la pandemia y Marvel (es decir, Alonso) aceleró la producción para cumplir con las fechas de estreno, lo que desembocó en un descontento de los artistas del área con la ejecutiva.
Y como si fuera poco, Marvel instaló al villano Kang, que debería unir toda la "fase 5" del MCU y series interconectadas. El personaje apareció en Loki, se mostró completo en Quantumania y ya es la figura central de la segunda temporada de la serie con Tom Hiddleston. El problema es que Kang es interpretado por Jonathan Majors, quien fue arrestado el 26 de marzo por múltiples cargos de violencia contra una mujer. Incluso a pesar de que el abogado defensor sostuvo que existe evidencia que exculpa a Majors, al actor permanece bajo arresto. Prácticamente todo lo que Marvel tiene en producción involucra a un personaje cuyo actor quizás no pueda volver a aparecer en pantalla. Y hay que sumar los despidos en Disney y el recálculo de producción para streaming (solo habrá dos series durante este año en Disney+) e indefiniciones varias. Superar estos problemas es, ciertamente, trabajo de superhéroes.