Shang-Chi, el estreno de Marvel del pasado fin de semana, logró recaudar en los EE.UU. 71,4 millones de dólares y fue el segundo mejor arranque del año. En total, con estreno en mercados claves de Europa, Asia y América Latina, logró poco más de 127 millones de dólares. No superó a Black Widow, con más de 80 millones en su estreno, pero hay una gran diferencia: Shang-Chi no se distribuyé en la plataforma Disney+ -ni siquiera con pago extra- como sucedió con el filme protagonizado por Scarlett Johansson, que cayó estrepitosamente en segunda semana debido a eso. 

La importancia del lanzamiento, entonces, va más allá de la excelente suma recaudada, si se tiene en cuenta que es un filme sin grandes estrellas sobre un superhéroe prácticamente desconocido. Primera constatación, pues: la marca Marvel funciona. Segunda constatación: el "day-and-date" deberá replantearse en profundidad si se quiere sostener la diversidad de ventanas de exhibición y, sobre todo, la experiencia en salas cinematográficas. 

Disney tiene aún un gran título "Marvel" para estrenar este año, sin contar el próximo Spider-Man, que si bien participa de la saga del MCU, es un filme de Sony. Se trata de Eternals, que implica además la primera película realizada para la firma por una realizadora ganadora del Oscar, Chloé Zhao, reciente galardonada por Nomadland -una obra en las antípodas estilísticas del cine de superhéroes, dicho sea de paso. Pero Disney aún no decidió si ese lanzamiento será exclusivo en cines, como Shang-Chi, o tendrá un tratamiento híbrido como Black Widow, filme que a esta altura se ha convertido en un dolor de cabeza para la industria.