El Ministerio de Trabajo español dio un ultimátum al sector empresario, al advertirles que si siguen sin sentarse a negociar la reduccion de la jornada laboral a 37,5 horas por semana, avanzarán igual con la reforma aliados a los representantes gremiales.

"Haremos la última oferta en la mesa del día 29, esperaremos a que las organizaciones nos respondan, y si podemos contar con la patronal, será para nosotros una gran noticia, pero si no podemos contar con ella, intentaremos un acuerdo con las organizaciones sindicales", dijo el domingo el número dos de la cartera laboral española, Joaquín Pérez Rey. "No me gustan los ultimátums", respondió el líder de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, poco después, informan medios europeos.

Por su parte, el secretario general de la central obrera UGT, Pepe Álvarez, reclamó al Gobierno de España que si no llega a un acuerdo con la CEOE en materia de jornada laboral, inicie la reforma legislativa "a pelo", es decir “sin ningún tipo de compensación” para el sector empresario.

Álvarez se mostró disgustado con las dilaciones de la representación patronal: "Si quieren compensación, si quieren acuerdo, que se siente a negociar. Y si no, los empresarios de este país tienen que saber que su organización empresarial irá por la calle en medio. Nosotros podríamos hacer lo mismo, pero estamos en la mesa haciendo propuestas e intentando entender en qué sectores hay más problemas y cómo podemos amortiguarlos", remarcó.

El líder de la UGT apuntó al largo periodo que requiere la reforma para su efectiva puesta en marcha: "La CEOE no puede estar paralizando esta reforma, lo razonable es que el Gobierno busque un acuerdo con las organizaciones que quieran firmarlo y que se inicie el proceso de tramitación porque el cambio legal lleva mucho tiempo", dijo después de recordar que el trámite puede prolongarse por espacio de ocho meses.

"Quiero pedirle a la CEOE que no juegue a la política, que igual es la ruleta rusa, porque lo mismo piensa que va a ganar, pero va a perder sí o sí, porque finalmente la reducción de jornada en España se va a hacer. Le guste o no le guste a la CEOE", enfatizó el dirigente.

En ese sentido, apeló a la voluntad popular como motor para convencer a los diferentes partidos y grupos parlamentarios: “No creo que vayan a querer ir a las elecciones del 2027 con este tema abierto, porque igual hay alguna ciudadana y algún ciudadano que a la hora de votar les pesa qué ha hecho cada partido en relación a la reducción del tiempo de trabajo, una cuestión para nosotros prioritaria”, enfatizó.

Y es que a nivel legislativo la propuesta también encuentra dificultades para avanzar, ya que el partido independentista vasco Junts, cuyos votos son clave para que la norma se apruebe, estaría de acuerdo con las empresas catalanas para dejar la iniciativa en stand by por el momento. . Sobre esto, Álvarez fue contundente: "vivo en Barcelona y esto de levantarse por la mañana renegando de todo lo español y luego reunirse con los más rancios empresarios de este país para acordar alguna medida que justamente ni beneficia a la mayoría de los españoles y desde luego a los catalanes tampoco nos benefician, pues me parece que seguramente van a tener que empezar a explicarlo en Cataluña", aseguró en referencia al partido del exiliado Carlés Puigdemont y sus reuniones con el empresariado.