China amplía el sistema de pensiones privadas a todo el país
La medida busca aliviar la presión sobre el esquema provisional estatal debido al envejecimiento de la población china
China extenderá a todo el país un programa de pensiones privadas que comenzó como piloto en 36 ciudades a fines de 2022. La medida busca mitigar el impacto del envejecimiento poblacional en su sistema estatal de pensiones, que enfrenta desafíos financieros críticos.
A partir del próximo 15 de diciembre, todos los trabajadores chinos podrán abrir cuentas individuales de pensiones privadas, según un comunicado conjunto emitido por el Ministerio de Finanzas, el de Recursos Humanos y Seguridad Social, y otros organismos regulatorios. El programa permite contribuciones anuales de hasta 12.000 yuanes (equivalentes a 1.653 dólares), que podrán invertirse en una variedad de productos financieros diseñados para la tercera edad.
Un sector en expansión
Más de 60 millones de personas se sumaron al programa piloto desde su lanzamiento, impulsado por incentivos fiscales que promueven su adopción. Según agencias internacionales, el mercado de pensiones privadas podría expandirse significativamente, pasando de 300.000 millones de dólares a 1,7 billones hacia 2025.
Este nuevo sistema complementa al programa estatal, en el que los empleados contribuyen con el 8% de su salario, mientras los empleadores aportan un 16%. Sin embargo, la sostenibilidad del modelo estatal está en entredicho: la Academia China de Ciencias Sociales proyecta que los fondos públicos de pensiones podrían agotarse en 2035, debido al aumento de la cantidad de jubilados y a un ritmo de aportes insuficiente para cubrir sus necesidades.
Ajustes en la edad
En respuesta a este panorama, China aprobó en septiembre un incremento gradual en la edad de jubilación, la primera modificación desde 1978. Para los hombres, se elevará de 60 a 63 años, mientras que las mujeres en empleos manuales pasarán de 50 a 55 años, y las que trabajan en oficinas de 55 a 58 años. Este cambio comenzará en 2025 y se completará en 2040.
Adicionalmente, los trabajadores deberán cotizar durante más tiempo para acceder a una pensión. Desde 2030, el periodo mínimo de aportes aumentará progresivamente de 15 a 20 años.
Crisis demográfica
El envejecimiento acelerado de la población es uno de los mayores desafíos de China. En 2021, las personas de 65 años o más representaban el 14,2% de la población, cifra que se proyecta alcanzará el 30% en 2035. A esto se suma una tasa de natalidad históricamente baja: en 2023, nacieron solo 9,02 millones de niños, la cifra más baja desde el inicio de los registros en 1949.
En este contexto, la población de China descendió por primera vez desde 1961, con 1.409,7 millones de habitantes a finales de 2023, lo que marcó una disminución del 0,14% respecto al año anterior. Además, el país ya no ostenta el título de la nación más poblada del mundo, superado por India.
Esfuerzos políticos
El presidente Xi Jinping calificó la crisis demográfica como un "asunto vital" y urgió a implementar políticas para revertir la caída de la natalidad y del tamaño de la población. Estas incluyen medidas de estímulo financiero y social que buscan alentar a las familias a tener más hijos, mientras se fortalece el sistema de apoyo a la tercera edad. El envejecimiento poblacional plantea retos no solo económicos, sino también sociales. La presión sobre los sistemas de salud y pensiones se intensificará, requiriendo una coordinación estratégica entre políticas públicas y privadas. Si bien la expansión de las pensiones privadas es un paso en la dirección correcta, queda por ver si servirá para contrarrestar el impacto de una crisis demográfica sin precedentes en la historia moderna de China.