El 15% de los adultos en EE.UU. pasó hambre en mayo último, casi el doble que en el mismo mes de 2021, cuando el Congreso había ampliado el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) y el crédito tributario por hijo, reduciendo la pobreza y fortaleciendo el acceso a los alimentos.

La noticia se inscribe en un contexto en el que el número de adultos estadounidenses que padecen hambre ha crecido considerablemente en los últimos años, según datos de la empresa Morning Consult citados por el sitio Axios.

Aunque las cifras de Morning Consult llegan hasta 2021, concuerdan con las estadísticas federales sobre inseguridad alimentaria, que indican que en 2023 la cifra de estadounidenses que pasaban hambre de forma habitual ya superaba los niveles previos a la pandemia de covid-19.

Curiosamente, o no, la tendencia coincide con un momento en el que los mercados bursátiles registran máximos históricos y el presidente Donald Trump aprobó un nuevo recorte a la asistencia alimentaria, informa RTenespañol.

Por su parte, George Matysik, director ejecutivo en Share Food Network, reportó que la red de banco de alimentos del área de la ciudad de Filadelfia (Pensilvania) experimentó un incremento del 120% en la demanda alimenticia en los últimos tres años.

Asimismo, explicó que se comenzó a observar un aumento en la demanda de alimentos en cuanto se retiró el apoyo gubernamental en 2022 y, desde ese entonces, ha seguido escalando, impulsada también por el alza de precios en los productos.

La norma aprobada por el congreso estadounidense el fin de semana y denominada por Trump como el 'Gran y hermoso proyecto de ley' propone recortes y requisitos laborales más estrictos para el SNAP, que el año pasado benefició a alrededor de 42 millones de personas. De acuerdo con Matysik, es probable que esta nueva legislación empeore aún más la situación para las personas que ya padecen inseguridad alimentaria.

Esto se debe a que, al contar con menos dinero para la compra de alimentos, más personas se verán obligadas a acudir a los bancos de comida, que ya enfrentaban recortes presupuestarios incentivados por la administración republicana en la Casa Blanca.

No obstante, parte de los recortes al SNAP, que dependen de fondos estatales, están programados para 2028, por lo que existe la posibilidad de que no lleguen a concretarse. Los defensores del proyecto de ley argumentan que estas medidas buscan reducir el fraude, el abuso, los gastos innecesarios y la dependencia a la asistencia gubernamental.