Vuelve a Starbucks el hombre que la hizo famosa y se encuentra con un problema inesperado: la sindicalización
Después de abandonar la compañía tras cuarenta años en 2017, Howard Schultz volvió a Starbucks como consejero delegado mientras la empresa busca un reemplazo para el CEO. Pese a que anunció nuevos beneficios para los trabajadores, insistió en la necesidad de no sindicalizarse, pero los empleados aseguran que "nada los detendrá"
Con 28.000 locales distribuidos en 77 países, su marca como ejemplo de inclusión a nivel mundial, sus cafés entre los más comprados en el planeta y un valor de mercado de más de 100.000 millones de dólares, Howard Schultz puede decir que dejó un legado imborrable en Starbucks al retirarse en 2017, tras cuarenta años al frente de la marca. Ahora, mientras la multinacional busca un nuevo director, Schultz volvió como consejero delegado por un tiempo, pero al llegar encontró algo que no había pensado: sindicatos. La inclusión que había promovido ya no es tal, y ahora deberá pelear por mantener la imagen de su preciado negocio, en donde los empleados se unieron en busca de mayores beneficios e igualdad.
La ola de sindicalización comenzó hace alrededor de un año, y tuvo un aumento exponencial en el último tiempo. Unas 190 tiendas en todo Estados Unidos pidieron elecciones sindicales, mientras que diez ya votaron para unirse a Workers United, un sindicato estadounidense y canadiense que representa a unos 85.000 trabajadores de las industrias textil, lavandería comercial, farmacéutica y juegos.
¿Qué buscan los empleados de Starbucks? Entre sus demandas se encuentran salarios más altos, cambios en el sistema de horarios y una transformación de la forma en que la empresa gestiona las propinas, entre otras demandas que informaron a NPR. Denominados "partners" (asociados), los empleados se quejaron por la supresión de los beneficios de la pandemia —algo que ya encararon otras grandes empresas—, como la indemnización por riesgo y el subsidio diario de comida y bebida. Todo esto en un contexto donde las ventas se recuperaron de la pandemia y se dispararon los beneficios.
Starbucks dice que cambió algunas prestaciones por otras, como el permiso de aislamiento pagado, a medida que la pandemia fue evolucionando. Esto no fue suficiente para los "partners", que alertaron por el recorte de horas y nuevas contrataciones. En este sentido, remarcaron que las actividades "antisindicales" de Starbucks no hacen más que reforzar sus reclamos: "Tenemos a los clientes. Nos tenemos a nosotros mismos. Nada de lo que hagan va a cambiar nuestra dirección", declaró Claire Picciano, barista y formadora de baristas en una tienda de Starbucks en Springfield, Virginia, que votará sobre un sindicato el 13 y 14 de abril.
Starbucks quiere retomar la confianza
Esto no le gustó para nada a Howard Schultz, que se fue celebrado como presidente emérito de Starbucks por impulsar medidas transgresoras como atención médica, opciones de compra de acciones y matrícula universitaria gratuita a los empleados a tiempo completo y parcial por igual. Por eso, al ver el panorama actual, lo primero que decidió fue suspender la recompra de acciones por 20.000 millones de dólares que tenía planeada Starbucks.
"De manera inmediata, suspenderemos nuestro programa de recompra de acciones. Esta decisión nos permitirá invertir más ganancias en nuestra gente y nuestras tiendas, la única forma de crear valor a largo plazo para todas las partes interesadas", informó Schultz en una carta publicada en su primer día tras retomar las riendas de Starbucks.
En la misma, el ejecutivo explicó su retorno como consejero delegado de la multinacional para trabajar "en el diseño del próximo Starbucks", para lo que en las próximas semanas buscará conocer de primera mano la situación de las tiendas y plantas de fabricación de la compañía en todo el mundo.
Tradición versus cambio"Nuestro éxito no es un derecho. Debemos seguir ganando la confianza de nuestra gente y de nuestros clientes cada día", aseguró Schultz. Sin embargo, eso no incluye los sindicatos, un asunto de larga data entre las grandes compañías estadounidenses que preocupa al Gobierno y genera polémica. De hecho, Schultz le pidió a los empleados que no se sindicalicen y tengan en cuenta todo lo que la empresa había hecho y seguirá haciendo para que Starbucks sea un gran lugar de trabajo.
"Ningún compañero ha necesitado nunca que un representante busque obtener las cosas que todos tenemos como compañeros en Starbucks", escribió en una carta adjunta. "Me entristece y preocupa escuchar que alguien piense que eso es necesario ahora", agregó.
La lucha por sindicalizarse es un movimiento que comenzó hace poco tiempo en Estados Unidos, pero que ganó muchos adeptos en poco tiempo. En los últimos meses, en medio de una economía más fuerte y bajas tasas de desempleo, algunas empresas aumentaron los salarios y sumaron beneficios para atraer a los empleados.
Sin embargo, Strabucks es el ejemplo de lo opuesto: entabló una fuerte pelea con sus trabajadores para evitar la sindicalización. Lo mismo hizo Amazon, que logró frenar los primeros intentos pero ya tuvo la creación del primer sindicato en Nueva York.