El apuro del Gobierno por dictaminar este miércoles el proyecto de la Ley Ómnibus y el paquete fiscal chocó de frente con los múltiples pedidos de la oposición para introducir nuevos cambios a ambas iniciativas. Sin el número de firmas suficiente para sacar despacho, el oficialismo acordó con los senadores opositores continuar con las negociaciones y posponer el debate en comisiones hasta la semana próxima.

Los radicales recibieron por primera vez un borrador del Ejecutivo nacional hoy por la mañana. La mayoría de los 13 integrantes de la bancada que conduce Eduardo Vischi quedaron más o menos conformes con las modificaciones que se realizaron. El vicejefe de Gabinete, José Rolandi, se reunió con ellos para hacer un repaso de los puntos más salientes, al igual que la presidenta del Senado, Victoria Villarruel. Todos coincidieron en que hubo un avance en relación a la semana pasada, sin embargo no alcanzó para dar por cerrada la discusión.   

El Gobierno accedió a cambiar algunos artículos del Régimen Impositivo para Grandes Inversiones (RIGI) para proteger a la producción local y defender las autonomías provinciales, es decir, que los gobernadores puedan expedirse sobre las inversiones que se vayan a realizar en sus distritos.

También el oficialismo está dispuesto a reescribir el apartado sobre el blanqueo de capitales. Por un lado, para que no puedan adherirse al beneficio los familiares directos de los funcionarios, así como tampoco testaferros.

Otro de los puntos que está bajo la lupa es el artículo 3, que habilita al Ejecutivo nacional a disolver organismos públicos. El radicalismo pidió poner a resguardo a todos aquellos vinculados a la ciencia y la tecnología, en especial su presupuesto. Además, reclaman rever la privatización de Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio Nacional. 

El radical Martín Lousteau -uno de los más activos en las conversaciones con La Libertad Avanza- destacó en el plenario de comisiones que solicitó cambios en 40 artículos y señaló que no se puede "no incluir una recuperación de los haberes jubilatorios, la seguridad de la actualización del financiamiento universitario o la esencialidad de la educación o un plan para que nuestros jóvenes aprendan a leer y escribir a la edad que corresponden".

El entrerriano Edgardo Kueider, de Unidad Federal, esbozó un listado tan extenso de modificaciones que algunos en el oficialismo empezaron a sospechar que es un modo elegante de avisarles que no cuenten con su voto. Planteó que hay que introducir cambios en la delegación de facultades, en el capítulo de Procedimiento Administrativo, RIGI y Empleo Público y se manifestó en contra de la privatización de Aerolíneas Argentinas y Radio y Televisión, entre otras cuestiones. 

"Nos dieron mucho de lo que pedíamos, pero todavía falta. Hay que seguir hablando. Hay cosas que no están tan claras y otras que no se tuvieron en cuenta", puntualizó un senador de la UCR.

A medida de que los senadores opositores iban dejando a la vista sus planteos, se iba derrumbando la esperanza de los libertarios, que habían echado a correr la versión de que tenían las firmas para emitir dictamen. Se habían sentado a negociar con algunos de los jefes de bloque, pero no con quienes integran las comisiones. Casi ninguno de ellos había visto el borrador.   

Los presidentes de las comisiones Bartolomé Abdala (Legislación General) y Ezequiel Atauche (Presupuesto y Hacienda) perdieron rápidamente el optimismo que derrochaban un rato atrás. Los opositores les dejaron en claro que no había chances de dictaminar este miércoles. Para evitar forzar una situación en la que sólo podían perder, resolvieron pasar a un cuarto intermedio hasta la semana próxima.