Para el Sindicato de Feriantes se abren chances de formalizar La Salada
Objetada por los Estados Unidos, cuestionada por el comercio formal y desde su perfil de un polo mercantil que arrancó en los 90, para los puesteros la complicada situación del presente puede devenir en la normalización
El Sindicato Único de Trabajadores Feriantes de la República Argentina (Sutfra) se pronunció en defensa de los derechos de las familias afectadas por el cierre del predio de La Salada, y propuso una salida organizada que contemple la formalización laboral, la seguridad jurídica y el acceso a beneficios sociales para los feriantes.
La feria fue clausurada días atrás, lo que implicó la paralización de su actividad comercial de cientos de puesteros. Este fenómeno comercial no solo refleja el escenario social del Conurbano bonaerense, sino también el devenir de los sectores de menores ingresos y su acceso a indumentaria y calzado. En ese contexto, desde el Sutfra afirmaron: “Es momento de discutir en serio cómo deben funcionar las ferias en el país: con reglas claras, presencia del Estado, controles adecuados y políticas de inclusión”.
La organización gremial aseguró que no solo respalda los reclamos de los trabajadores, sino que busca impulsar un modelo de feria sustentado en condiciones formales y con derechos. “Nuestro objetivo no es solo que vuelvan a trabajar, sino que lo hagan con mercadería en blanco, cobertura médica, derechos laborales y una estructura sindical que los represente”, enfatizaron al portal Infogremiales.
En tiempos de “postales de época”, del predominio del dólar a “precio bajo” y de otros fenómenos que remiten a los años 90, La Salada surgió en aquellos años en terrenos ubicados en el partido bonaerense de Lomas de Zamora. Con el tiempo, llegó a convertirse en uno de los centros de venta informal más grandes de América Latina, tanto para operaciones mayoristas como minoristas.
En lo que respecta al presente, la coyuntura también abre, según el Sutfra, posibilidades de transformación. Por eso sostienen como alternativa la formalización de dicha actividad comercial, a través de la interacción entre feriantes y los Estados municipal, provincial y nacional. Una trama que, más allá de las buenas intenciones, se presenta como compleja, en particular por tratarse de mercadería “réplica” de marcas originales.
“Vamos a seguir apostando a una actividad feriante con identidad, arraigo y futuro. Porque el trabajo digno se construye con organización, diálogo y responsabilidad colectiva”, resaltaron desde el Sutfra, organización que nuclea a representantes de ferias de todo el país y que, además, lidera la Organización Latinoamericana de Trabajadores Informales (OLTI).