En una demostración de que los impuestos no navegan en aguas calmas, la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA) irrumpió en el country Santa María de Tigre con un operativo que dejó expuestos millonarios incumplimientos fiscales. Tres yates de lujo, valuados en hasta $120 millones y con deudas acumuladas de $8,6 millones, fueron retenidos en el marco de una fiscalización que no se limitó al río: en tierra firme, casi 20.000 metros cuadrados de construcciones no declaradas completaron el retrato de una evasión que, al parecer, vive a puro lujo.

“Es esencial fiscalizar en estos sectores de alta concentración de riqueza para recuperar recursos que financien servicios públicos de calidad para todos los bonaerenses”, declaró Cristian Girard, director ejecutivo de ARBA, mientras señalaba la prioridad del organismo: reducir la brecha fiscal en una provincia marcada por las desigualdades.

La operación no se detuvo en los amarraderos. En los barrios cerrados Santa María de Tigre, Marinas H, Santa Clara y Santa Teresa, ARBA identificó 19.470 metros cuadrados de edificaciones registradas como terrenos baldíos. Un detalle menor para quienes disfrutan de vivir en casas de ensueño mientras tributan como si fueran lotes vacíos.

El operativo, parte de una estrategia más amplia contra la evasión en zonas de altos ingresos, no concluye en Tigre. Hoy, las acciones se trasladaron a San Fernando, donde la lupa de ARBA se enfocará en otros puntos estratégicos de la provincia, incluidos countries, guarderías náuticas y áreas de alto valor inmobiliario. El mensaje del organismo es claro: la equidad fiscal no distingue entre clases, pero la evasión, al parecer, sí.

Desde ARBA remarcan que estas iniciativas buscan no solo incrementar la recaudación, sino también marcar un precedente. Los lujos que flotan y las mansiones que no existen en los papeles son un recordatorio de que, incluso entre los más privilegiados, eludir al fisco puede resultar más caro de lo esperado.