La pandemia impulsó tanto a hombres como a mujeres en distintas partes del país a agudizar el ingenio para modificar su situación laboral y encarar negocios o emprendimientos con la esperanza de mejorar su situación económica.

Con recursos propios, asistencia crediticia o subsidios, entre ellos los beneficios del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), y otras prestaciones pusieron el ingenio en marcha para reconvertirse e iniciar pequeños emprendimientos para sobrevivir, muchos de los cuales se mantienen como fuente de ingresos aún en la salida de las restricciones pandémicas.

 

Ahora, en la primera salida de la pandemia, el 70% de los emprendedores tienen planificadas actividades vinculadas con el crecimiento de su empresa de cara al año próximo, especialmente en lo referido al equipamiento y la infraestructura, según un relevamiento privado que consultó a 353 conductores de su propia iniciativa.

Dentro de este grupo, el 4,5% prevé incorporar equipamiento e infraestructura, mientras que el 20,5% estima sumar trabajadores a sus emprendimientos.

La Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) difundió los resultados del relevamiento realizado durante la primera semana de noviembre, con una mayoría de respuestas obtenidas en CABA (31,2%), Buenos Aires (29,7%), Santa Fe (6,8%), Mendoza (4,8%) y Córdoba (4,53%).

“A pesar de lo desafiante que fueron estos dos años de pandemia, en donde muchos se vieron obligados a cerrar sus negocios o a sobrevivir a duras penas, los emprendedores se muestran optimistas y con miras de seguir apostando al crecimiento”, señaló el director ejecutivo de ASEA, Bernardo Brugnoli.

También marcó como demandas más relevantes para este grupo de emprendedores “un tratamiento diferencial impositivo y en una agenda de simplificación que fomente la formalización y la promoción de nuevos negocios”.

El dirigente indicó además que “el acceso al financiamiento sigue siendo una dificultad en emprendedores que muchas veces no cuentan con el historial crediticio dado que su negocio recién comienza. Es fundamental este tipo de medidas para potenciar la reactivación en un cercano escenario de post pandemia”.

Para el 56% de las personas encuestadas, “la carga impositiva se posiciona como uno de los dos principales problemas para emprender, seguido por la inflación (42%) y el cambio de reglas (24%)”.

Resiliencia

Los emprendimientos argentinos apuestan al crecimiento en el año post pandemia luego de demostrar sobrada capacidad de adaptación y resistencia en entornos complicados.

Desde la Asociación de Emprendedores de Argentina buscaron sintetizar las preocupaciones y expectativas a través de un informe para acercar la situación en la que se encuentran los emprendedores y algunas propuestas para trabajar en conjunto entre el sector público y el privado.

Las respuestas fueron registradas entre el 1° y el 15 de noviembre de 2021.

Expectativas y desafíos de los emprendedores argentinos

De acuerdo con los resultados de la encuesta que se plasman en el informe, se mantienen los niveles de marzo en cuanto al optimismo: un 55% de los encuestados opina de manera optimista o muy optimista. Si se suma a los que son neutrales alcanza un 81,46% que no se considera pesimistas respecto del futuro de su emprendimiento. Estas posiciones subieron del 10% al 20% del total (medido contra marzo), probablemente como consecuencias de las expectativas no cumplidas en la prometida recuperación de la pandemia.

En un contexto volátil, incierto, complejo y ambiguo (lo que se conoce como VICA), las personas que emprenden enfrentan a diario múltiples desafíos para mantener sus negocios a flote. A los problemas que los emprendimientos y las pymes ya acarreaban, como la falta de liquidez, la pandemia sumó la caída de ventas y la dificultad para pagar los salarios, entre otras cuestiones.

En este sentido, es importante entender cuáles son los desafíos principales de los emprendimientos que sobrevivieron o que lograron reconvertirse y que siguen trabajando, más o menos golpeados.

Los principales desafíos

Según las respuestas relevadas se desprende que el comercial (falta de demanda y/o clientes) es el desafío más importante que mencionan los emprendedores (40%). Sin embargo, este desafío alcanzaba en marzo al 60% de los emprendedores, lo que se puede llegar a correlacionar con el momento de flexibilizaciones y de aperturas en el marco de la situación sanitaria.

Otro punto crítico que se ve reflejado es el flujo de caja (25%) y la necesidad de conseguir inversores o créditos representan el cuarto y el quinto desafío más destacado, con proporciones similares.

Por último, la incertidumbre respecto de las disposiciones gubernamentales vinculadas con la pandemia también se menciona como uno de los puntos más destacados, con casi un 30% de las respuestas. Este último punto, a pesar de que estamos viviendo un momento de flexibilidad generalizada, sigue manteniendo en alerta a muchos de los emprendedores.

Convertir el IFE en inversión

María de las Nieves Domínguez, de la localidad mendocina de Guaymallén, tuvo la idea de iniciar un pequeño comercio con el dinero que cobró del IFE: compró un horno a leña e insumos para cocinar y vender empanadas, pan y tortitas. “Fue duro, pero lucho diariamente para generar ingresos desde muy temprano. Con mucha fe, uno se va rebuscando”, sostuvo.

En Entre Ríos, Rebeca (de 19 años y quien finalizó sus estudios secundarios el año pasado en la localidad de San Benito, a 10 kilómetros de la capital entrerriana) decidió invertir los $10.000 del IFE en una verdulería.

Y en Salta, la joven Ana Paula Aguirre, de 19 años, utilizó el primer pago del IFE para poner una verdulería en la puerta de su casa, en el barrio Limache, de la zona sur de la capital salteña, y “hacer algo que permita producir y salir adelante”.