Quién es Alfredo Astiz y por qué está preso
Un grupo de legisladores de La Libertad Avanza visitó en la cárcel a militares vinculados con la dictadura militar. Entre ellos, a Alfredo Astiz
Alfredo Astiz fue una de las caras más conocidas del gobierno militar que inició en 1976. El militar más joven del "Proceso de Reorganización Nacional", es oriundo de Mar del Plata y desempeñó un papel clave en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) con trabajos de inteligencia.
A mediados de julio, un grupo de diputados de La Libertad Avanza organizó una visita en la cárcel de Ezeiza, lugar en donde están presos algunos militares que participaron en el gobierno de facto. Todos condenados a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad. Una de las legisladoras que asistió al penal fue Rocío Belén Bonacci, aseguró haber sido "engañada" para visitarlo al penal.
Según dijo, la convocatoria fue en calidad de "visita humanitaria" para estar en contacto con los presos, sin saber que allí se encontraría con Astiz y otros militares vinculados con la dictadura. Lourdes Arrieta, en cambio, admitió no saber quién es Alfredo Astiz y contó que tuvo que "googlearlo". Pero, ¿Quién es Alfredo Astiz?
Alfredo Astiz, el "ángel rubio" de la dictadura militarEn el momento en el que Argentina escuchó por cadena nacional la voz de Jorge Rafael Videla anunciando el inicio del "Proceso de Reorganización Nacional" el 24 de marzo de 1976, Alfredo Astiz tenía 24 años y era Capitán de Fragata.
Luego de aquella noche de marzo, fue designado para trabajar en la ex ESMA, bajo el ala de Jorge "El Tigre" Acosta, también Capitán de Fragata de la Marina y jefe del grupo de tareas 3.3, lugar en el que Astiz se desempeñó haciendo tareas de inteligencia.
El "Ángel Rubio" se infiltró en organizaciones de Derechos Humanos. Sobre todo, en las reuniones de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, por entonces clandestinas. Se cambió el nombre por Gustavo Niño y se hizo pasar por familiar de desaparecidos. Así, Astiz delató a muchas de las personas que luego fueron detenidas y desaparecidas.
"Rubito", como le decían cariñosamente desde la Asociación, se involucró en la Iglesia Santa Cruz de San Cristóbal. Se relacionó con los boys scout del lugar y frecuentó personas que luego fueron desaparecidas. La mayoría iba a la ESMA, lugar en donde se efectuaban los conocidos como "vuelos de la muerte".
A través de este operativo, los militares le decían a los secuestrados que iban a ser "trasladados" a otro establecimiento. Los subían a los aviones de la Fuerza Aérea y les inyectaban una vacuna con pentanol sódico para adormecerlos y arrojarlos semidesnudos al Río de la Plata. Años después, muchos de los cuerpos fueron encontrados en las costas de Uruguay, Santa Teresita y Mar del Tuyú.
Uno de los casos más emblemáticos de los que participó Astiz, fue el de la desaparición de Azucena Villaflor, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, que participaba de las reuniones en la Iglesia Santa Cruz a las que asistía "Gustavo Niño". Fue arrojada al Río de la Plata a partir de este tipo de vuelos.
También estuvo involucrado en la detención y desaparición de las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet. Ambas tenían participación activa en la Iglesia Santa Cruz y, casualmente, fueron catequistas de uno de los hijos de Videla. Ambos casos están relatados en el libro Nunca Más de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep).
Tras las presiones militares de la década de 1990, el gobierno de Carlos Menem sancionó las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Ambas medidas cancelaron todos los juicios de lesa humanidad, hasta que en 2003 Néstor Kirchner limitó el alcance de estas leyes y comenzaron los juicios que duraron muchos años.
Fue recién en 2011 que comenzaron los juicios vinculados a la ESMA, establecimiento al que Astiz respondía. Ese mismo año fue condenado a prisión perpetua. En 2017 fue condenado nuevamente a perpetua en el juicio ESMA III.